LA VIDA: La empresa más valiosa

El hombre, en todas las épocas se indaga sobre ¿Qué es la vida? ¿Cómo se puede ser feliz? ¿Cómo se logra?. Gran parte del esfuerzo humano, de la actividad laboral, intelectual y espiritual está orientada a encontrar la respuesta y para ello agota todos los medios con el fin de alcanzarlo. Este deseo enmarca toda la vida, desde el principio hasta el fin, por tal motivo, lo primero que se debe saber es que la vida es la empresa más importante y valiosa que puede existir y es hoy un imperativo aprender a vivirla, a amarla y a gerenciarla. Gerenciar con eficiencia la propia vida, sólo es posible si primero se cree, se ama y se sigue a Jesucristo, si se auto descubre, si reconoce la humanidad y si se tiene conciencia de ser administrador de ella. La gerencia implica planear, controlar las emociones, crecer espiritualmente, pensar más allá; tarea que exige interiorización y reconocimiento de Dios como creador y dueño de ella, que pide la perfección de la existencia, para lo cual se debe reconocer las debilidades y las fortalezas, conocer los principios y valores éticos, morales y cristianos, encaminados a darle a la vida el lugar y espacio de trascendencia, y sabiendo que la vida es un don de Dios, que de él viene y a él vuelve.

No pensar que la vida es para producir dinero, para tener muchas cosas materiales, o tener poder, pensar que la vida es para amar, servir, transformar y darla en rescate de la existencia. No pensar que es para vivirla de manera superficial, sin razón, sin cuestionamiento, sin trabajo. Hay que rescatar la capacidad de asombro ante sí mismo como expresión del milagro de la vida y la capacidad de entrega y donación; es ahí donde se encuentro el sentido de la vida, la felicidad y la realización personal y comunitaria. Comprender que la vida de cada persona es una, única e irrepetible, que el pensamiento es diferente, pero que cada vida está llamada a realizarse, logro que será alcanzado, cuando ame y defienda la vida, cuando sepa que él, únicamente él es responsable de las acciones buenas o malas, cuando se responsabilice de la perfección, cuando sepa que como gerente de la vida está llamado a la salvación y cuando entienda que la vida es la empresa más valiosa, la cual vale más que todas las perlas reunidas del mundo.
Hoy más que nunca se necesitan emprendedores que defiendan la vida, que la rescaten de la muerte, del falso sentido, que la transformen en el buen sentido, que sea valorada, respetada y cuidada. Emprendedores que la pongan en alto, por encima de la tecnología, del súper hombre. Emprendedores con capacidad de poner todo al servicio de la vida, los avances científicos, los conocimientos humanos y divinos. Emprendedores con criterio y capacidad de defenderla ante los ataques del estado y de los caprichos particulares que van en contra de la vida, por satisfacer sus propios instintos. Emprendedores  con capacidad de decidir sin presiones de la sociedad, o de ideología alguna. Emprendedores que demuestren con el ejemplo que conducir la vida por la rectitud del evangelio, es la mejor empresa que se puede ofrecer a la sociedad. Quien ama la vida, encontrará la solución a los problemas, quien no ama la vida, ve problemas donde no los hay. Quien ama la vida no sienten miedo a ella y tiene la capacidad de vivirla a plenitud.

Padre Orlando Salazar Ph.D
en Filosofía.

Dejar un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.