7. BLOQUE DE APRENDIZAJE. FUNDAMENTOS ANTROPOLOGICOS DE LA SEXUALIDAD HUMANA.

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1/2019 Amor, afecto y Sexualidad Sexualidad Humana Interacción estudiantes-profesor- Trabajo individual y grupal

FUNDAMENTOS ANTROPOLÓGICOS DE LA SEXUALIDAD HUMANA

DEFINICIONES HISTÓRICAS DEL HOMBRE

Muchas son las definiciones que la historia del pensamiento filosófico, cultural y científico ha dado del ser humano. Si quisiéramos empezar este recorrido cronológicamente, nos encontraríamos con el panorama que se detalla más adelante. Precisemos, en todo caso, que, en lo que se refiere a la antropología filosófica el primer pensador que va a usar este término y definir bien el campo de trabajo de esta materia es Max Scheler.

Con Max Scheler se da un hecho importante, y es la sistematización de un conjunto de conocimientos acerca del hombre en conexión con los hallazgos de las ciencias humanas. Esto lo ratifica él mismo con estas palabras: «Poseemos, pues, una antropología científica, otra, filosófica y otra, teológica, que no se preocupan una de la otra. Pero no poseemos una idea unitaria del hombre…Por eso me he propuesto el ensayo de una nueva antropología filosófica sobre la más amplia base. En lo que sigue quisiera dilucidar tan solo algunos puntos concernientes a la esencia del hombre, en su relación con el animal y con la planta, y al singular puesto del hombre en el Cosmos»

El panorama al que nos referíamos es el siguiente: En la filosofía Griega, para Platón, el hombre es un dualismo dicotómico según el cual el alma o facultad intelectiva se vincula accidental y transitoriamente con el cuerpo hasta el momento de la muerte cuando «vivirá fuera del cuerpo en mansiones más hermosas, imposibles de describir» Para Aristóteles: «Es, pues, necesario que el alma sea sustancia y forma de un cuerpo natural que tiene la vida en potencia … el alma será la perfección primera y el primer acto (entelequia) de un cuerpo natural… el alma, pues, no es separable del cuerpo… el alma es principio de las funciones mencionadas y se define por ellas, esto es, por la nutritiva, la sensitiva, la mental y el movimiento»

En el Cristianismo, para San Agustín el hombre es imagen de Dios: «Son tres las partes de que consta el hombre: espíritu, alma y cuerpo, que por otra se dicen dos, porque con frecuencia el alma se denomina juntamente con el espíritu; pues aquella parte del mismo racional, de que las bestias carecen, se llama espíritu». Para Santo Tomás, el hombre es una unidad substancial de alma y cuerpo. «Decimos que la esencia del alma racional se une inmediatamente al cuerpo como la forma a la materia y la figura a la cera». Para S. Tomás, el hombre es persona. Este ser persona viene descubierto en la inteligencia como constitutivo esencial específico del ser humano. El conocimiento intelectivo es, pues, la base de la trascendencia humana.

En la Época Moderna, para Descartes, el hombre es un yo pensante, y para Pascal: «El hombre no es más que una caña, la más débil de la naturaleza; pero una caña pensante» y nos dice también que «No es en el espacio donde debo buscar mi dignidad, sino en el arreglo de mi pensamiento. Por el espacio, el universo me comprende y me devora como un punto; por el pensamiento yo lo comprendo…» . «El hombre sobrepasa infinitamente al hombre… Escucha a Dios». Para Herder, el hombre es imagen de Dios. «En el alma del hombre grabaste tu imagen , la religión y el sentido humanitario. Los contornos de la estatua ya están prefijados, ocultos en la masa del mármol; solo el trabajo de esculpirla no lo puede realizar este por sí solo»

Para Marx, en la Época Contemporánea, el hombre es un ser que trabaja, un animal de trabajo y un animal histórico. Para Heidegger, el hombre es existencia (Da- sein), existencia dialógica y existencia temporalizadora, un ser arrojado en la existencia y, finalmente, un ser para la muerte. Y para J. P. Sartre, el hombre es un ser en sí, para sí, consigo y, en última instancia, un ser para la sociedad. El hombre es un individuo que, con su libertad, se da él mismo el sentido a su propia vida humana. Wittgestein dirá, inclusive, que el hombre es un animal lingüista.

Esta breve historia de la antropología nos muestra una serie de definiciones del ser humano, a través del pensamiento filosófico y científico. Definiciones como, animal racional, animal político, animal social, animal de trabajo, animal lingüista, animal individual. Hoy se habla de animal técnico.

Todas se refieren a aspectos existenciales del ser humano, porque todas ellas se inscriben en lo que es psicológico o anímico en el ser humano, ‘se inscriben en esa alma de la cual Cristo mismo nos dice que hay que perder.’

Todas, pues, dejan fuera un inmenso campo de valores sin definir y lo que es más grave, todas apuntan a elementos del ser humano, dejando fuera la esencia del hombre. Si aceptáramos que la psicología es un complejo de funciones variables, unas, adquiridas y otras, educacionales, tendríamos que aceptar que éstas no pueden ni solas ni todas juntas ser la esencia del ser humano, primero, porque son variables y, segundo, por que son muchas.

Descubrimos, entonces, que todas estas definiciones sumergen al hombre en una tautología que tiene su origen en «el ser es y el no ser no es» de Parménides y que se ha introducido en todas las filosofías y sistemas de la historia del pensamiento humano: Tan tautológico es decir, por ejemplo, «el hombre es el hombre» como decir «el hombre es un ser consigo o para sí» o, incluso, decir «el hombre es un ser para la sociedad». El ser humano o es un ser para Dios o no lo es para nadie o, si se prefiere, para el cementerio.

Frente a estas definiciones históricas aparece la definición que Cristo da del ser humano: «¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses soisSi llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios y la Escritura, no puede fallar…». Esta extraordinaria afirmación de Cristo está corroborando lo que ya había dicho El Génesis «Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra… Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó…»

AMOR, AFECTO Y SEXUALIDAD

La Antropología Médica será abordada a través del curso «Sexualidad, Fertilidad y Procreación». Estos tres aspectos tienen vinculación con ciertos campos del saber tales como la Ética, la Psicología, la Bioética, la Teología y la Filosofía.

La primera pregunta que nos viene a la mente, desde esta perspectiva, es ¿qué relación existe entre la Sexualidad en general y la Antropología? ¿Qué parte de la Antropología quedaría comprometida en relación con la Sexualidad?

Si damos una mirada descriptiva al panorama cultural, sociológico, étnico, etc. de nuestro planeta, acerca de la sexualidad, es decir, de cómo esta es vivida dentro de una cultura, de un pueblo, de un clan e incluso entre dos individuos, hombre y mujer, de la misma familia cultural; descubrimos que para ninguno de los dos tiene el mismo significado, y que, de hecho, para una misma persona no tiene el mismo significado en momentos diversos. Y esto por una razón sencilla, como dice el Dr. F. Montiel A., y es que » hacer el amor es también comunicación y, como acontece con las palabras, algunas personas se comunican mejor que otras». A esto se une el hecho de que la situación psicológica de la persona no es siempre la misma y, por tanto, no hay la misma predisposición al acto sexual.

Nos quedaría aquí solamente una objeción a la expresión «hacer el amor«, de acuerdo con la estructura antropológica del hombre, que expondremos a continuación. El amor es acto del espíritu, no es un acto psicológico y, por tanto, no habría que confundirlo con el afecto. El afecto se explica en el mundo animal también, y a veces con un orden mayor, por la sencilla razón de que el animal, al no poseer un espíritu y, por tanto, no poseer libertad, no tiene que decidir en cada momento el acto que tiene o no tiene que realizar. El desorden afectivo se debe a una mala formación y administración de la libertad. Este problema, tan fundamental, no parece que lo tenga el animal en general. La libertad tiene que ser formada por el amor, para que esté bien formada. La expresión: «quiero ser libre para hacer lo más noble, puro y perfecto, esto es, lo mejor». Entonces, el amor no se hace, amor se es. Es probable que lo que se haga sea el sexo que, por otro lado, cuando prescinde del amor, que es donación y requiere mucho olvido de sí mismo, se convierte en egoísmo, con lo cual se destruye la relación integral entre dos seres para convertirse en un acto involutivo, que tiene que ver más con la genitalidad que con la sexualidad vivida en una relación de amor integral.

La psicología humana nos aparece como un complejo de funciones variables: una parte son heredadas, y otra parte son adquiridas o educacionales. El tipo de educación recibida – el caso de un niño que hubiera crecido en un ambiente eminentemente neurótico – el tipo de diálogo que sobre la sexualidad tuvo con sus padres y profesores, el tipo de libertad o de represión contenidos en la educación religiosa respecto del sexo, el modo de concebir y vivir la sexualidad de ese pueblo donde él nació, así como, el autoritarismo o la democracia política dominante en el pueblo de su infancia, adolescencia y juventud, marcarán fuertemente su carácter. Este carácter, más tarde, será fundamental en la concepción relacional con la otra persona, hasta el punto de que la relación sexual podría ser entendida más que como un encuentro amoroso, como una imposición por parte de alguno de los dos.

Nos damos cuenta, pues, de cómo entre genitalidad y sexualidad hay una diferencia y no porque estos dos actos no vayan unidos, sino porque al separarlos, como sucede en muchos casos, se prescinde de la particularidad con la que cada persona vive, concibe y se acerca al acto sexual. En la genitalidad, hablamos del proceso reproductivo, de las características hormonales y del aparato reproductivo; esto es, de la anatomía y de la fisiología.. En la sexualidad, en cambio, vamos mucho más allá: aquí estamos hablando también de genitalidad, pero, al mismo tiempo, hablamos de un conjunto de características psicológicas, -afectivas, sentimentales, emocionales, socio-culturales- y espirituales. Queda involucrado, en la sexualidad, todo el ser humano: el ser humano integral, sin desconocer que, desde el punto de vista biofisiológico, psicológico y espiritual, el hombre y la mujer viven el acto sexual complementándose, en principio de complementariedad; si bien no son iguales, idénticos, sí son complementarios. Como diría López Quintás, es un encuentro ..

Si aceptamos que el amor y la libertad son nociones específicas del espíritu humano, el afecto y la sexualidad están ordenados al amor y no al contrario; entonces, la libertad tiene que estar formada por el amor. Si la genitalidad se encuentra lejos de la sexualidad, el afecto también se explicará en una dimensión inferior al amor. El afecto lo encontramos en el mundo animal, a veces, con mayor precisión que en los seres humanos, debido a que aquellos no tienen un espíritu y, por lo tanto, tampoco una libertad: no tienen que decidir el acto que van a realizar en cada instante, les basta seguir las indicaciones que dicta su naturaleza.

La sexualidad, en consecuencia, no está regida por el instinto ni condicionada totalmente por lo hormonal. Las posibles disfuncionalidades orgánicas que padece la sexualidad humana, tienen su curación dentro de la medicina, y las disfunciones psicológicas son educables desde el espíritu de la persona misma.

¿Es educable, entonces, la sexualidad? ¿Cómo hacerlo?. A mi parecer, habría que recurrir a una sana concepción de la estructura antropológica del ser humano. Aclarar, por ejemplo, qué relación existe entre biología y psicología: si las dos se explican o se pueden explicar evolutivamente. Si hay una interrelación psicofísica entre las dos. Aclarar, también, la relación que existe entre la mente, la voluntad y el cerebro, si la mente y la voluntad son facultades al servicio de la persona o son más bien de naturaleza espiritual, como se nos ha enseñado comúnmente; es decir, si lo espiritual se agota en ellas y solo en ellas, o hay algo más, presente en el ser humano, que nos explique mejor, por ejemplo, nuestra libertad, la filiación divina, las virtudes teologales y morales, los atributos, etc.

Se hace necesario, a su vez, una aclaración sobre la diferencia que existe entre el amor y el afecto, el amar y el sentir, las emociones y los sentimientos, cuáles de éstos encuentran explicación dentro de la psicología y cuáles en el mundo del espíritu.

Empecemos por la primera cuestión que se nos plantea. ¿Cuál es la definición más acabada del hombre y cuál es su estructura antropológica?


SEXUALIDAD Y PERSONA

A costa de repetir lo que la mayoría ya sabe acerca de la etimología del término sexual y sexualidad, me voy a referir a ello porque en la misma definición se nos dan algunas notas esenciales. El significado etimológico del término ‘sexo’ y ‘sexual’ pueden darnos ya algunas indicaciones, desde el punto de vista fisiológico y psicodinámico, tal y como es observable en la base del comportamiento. Sexo y sexual, vienen del término latino ‘sectus’, esto es ‘cortado’, ‘separado’, ‘distinto’. Lo femenino y lo masculino, entonces, serían, desde lo fisiológico, dos expresiones de una misma naturaleza originalmente andrógina, que se especializa dando origen a dos realidades.

Las dos expresiones, masculino y femenino, se complementan, se observa en ellas una imperiosa necesidad de complementación. Hay un irresistible impulso, de atracción recíproca o, como lo llama G. Cessari, una pulsión instintual sexual. Están, pues, los dos en principio de complementariedad.

Se podría decir de la sexualidad que es «una energía vital, originaria y originante de la vida que se expresa a través del actuar humano» . Es una energía vital y originaria que envuelve a la persona integralmente, no es una cuestión solo de genitalidad o de implicación de órganos. Los actos sexuales de los animales van respetuosamente dirigidos a la procreación y, más tarde, en su relación con la prole, se demuestran cuidadosos y afectuosos.

El hecho de que en la relación sexual humana entra en juego el hombre entero, es decir, su biología, su psicología y su espíritu, hace que valores como la libertad, la fidelidad, la constancia, la humildad, etc., específicos del amor humano, sean necesarios y siempre presentes – aunque muchas veces ignorados- en la relación sexual. Precisamente, porque es una relación, tiene que ser encuentro de dos amores, encarnantes cada uno de ellos de una sexualidad complementaria del otro. La Humanae Vitae nos dice que las características del amor conyugal tienen que ser las de «un amor plenamente humano, esto es, sensible y espiritual al mismo tiempo, no una simple efusión del instinto o del sentimiento… Es un amor total, esto es una forma de amistad personal, donde no cabe el cálculo egoísta… Un amor fiel y exclusivo hasta la muerte, capaz de generar una felicidad profunda y duradera… y, finalmente, un amor fecundo: los hijos son, sin duda, el don más valioso del matrimonio».

Si dijéramos que la sexualidad se agota en la procreación como su único fin, estaríamos corriendo el riesgo de reducirla, como sucede en el mundo animal, a simple genitalidad. La sexualidad es procreativa, pero al implicar la persona entera se convierte en lenguaje con expresión y significado, donde dos amantes se entregan el uno al otro su amor, su afecto y su sexualidad. Es este amor, acto del espíritu humano o de la persona humana, el que forma al afecto, poniendo orden al desorden que padecen afectivamente las facultades humanas, la mente y la voluntad, y el que interviene en las disfunciones y patologías psicológicas, así como sobre los mitos y tabúes sexuales; educando la sexualidad y formándola bien con el amor.

La libertad humana, característica esencial del espíritu humano, tiene necesidad de ser formada por el amor, cualquier otra formación es deformante de la verdadera personalidad del hombre. Y si la libertad tiene que ser formada por el amor, la sexualidad también queda sujeta, en su libertad, a ser expresión del amor y no del puro instinto. Una sexualidad puramente sensitiva, traicionaría de tal manera y en tal medida la exquisita sensibilidad del espíritu, que produciría degradación de la personalidad y nunca ayudaría a la persona a ser más persona o, integralmente, persona.

La Organización Mundial de la Salud, hablando de la salud sexual, da esta definición: «Es el producto de la integración de los aspectos somáticos, afectivos, intelectuales y sociales del ser sexuado de tal modo de llegar a un enriquecimiento de la personalidad humana, de la comunicación y del amor». ¿Cuál es la concepción de la estructura antropológica del humano que usa dicha Organización? Para esta, el ser humano es un compuesto de biología, afecto y mente, y todo puesto en relación con la sociedad. Después, se nos habla de personalidad y amor, donde por fuerza de cosas, el amor lo identifica con el afecto, como si fueran cosas iguales, y donde la personalidad tendría que ser el resultado de la combinación de los cuatro elementos. Si quisiéramos llegar a la definición del hombre con la que trabaja la Organización Mundial de la Salud, diríamos que el ser humano, para ella, es un animal biológico, afectivo, racional y, por último, social; pero, en ningún caso, lo definiría como espíritu o persona, aunque más tarde nos hable de la personalidad. Esta falta seria de definición hace que al ser humano con su sola facultad intelectual o puramente afectiva le sea muy difícil, por no decir imposible, la educación y recta ordenación de su sexualidad. Le será muy difícil, en muchas situaciones, sujetar su pulsión sexual instintiva.

 CAMPO DE LA SEXUALIDAD

El concepto de la sexualidad no está reducido a la relación sexual. Tenemos que empezar por ubicarnos en el todo y no quedarnos con la parte: es cierto, la sexualidad tiene que ver con el acercamiento del hombre y la mujer y las relaciones físicas (a las que en primera instancia se suele reducir la sexualidad) pero no se agota allí. Debemos decir que la sexualidad está con nosotros desde el momento de la concepción, es decir desde que se une óvulo y espermatozoide. Por eso en el acta de nacimiento figura: sexo masculino o sexo femenino. Pero aquí de nuevo se tiene que repetir la advertencia anterior: no podemos reducir esta identidad sólo al plano físico. Cuando hablamos de identidad nos referimos a ese núcleo íntimo que nos hace ser varones o mujeres y del que brota todo lo demás.


CONCEPTO DE SEXUALIDAD

Para acercarnos a un buen concepto de sexualidad utilizaremos dos definiciones complementarias entre sí.

Como muchas otras realidades miraremos a la sexualidad como dato (datum = lo dado) y como tarea. Dato y tarea son, como la vida misma, dos caras de la misma moneda: lo que recibimos y lo que debemos hacer con eso que recibimos.

DATO: La sexualidad es el conjunto de aspectos que abarcan a toda la persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma espiritual, y que la configuran como hombre o como mujer.

De aquí se deriva una fuerza interior que está referida a la afectividad, a la capacidad de amar y a la aptitud para relacionarse con los demás.

Es la expresión de la totalidad de la persona. Maneras determinadas de sentir, amar y reaccionar que, tanto en el hombre como en la mujer son distintas.

TAREA: Es el dinamismo creador e integrador de la persona humana, en sí misma, con el otro y con la sociedad, cuya energía nace y se alimenta del AMOR, y su guía es la virtud de la castidad en pleno ejercicio de su libertad responsable (D’Agostino).

LA EDUCACIÓN SEXUAL

Es importante establecer algunos criterios acerca de lo que es la educación sexual. Su justificación es sencilla: la sexualidad en cuanto dato necesita un acompañamiento correcto para lograr el más grande despliegue posible. Por ello es necesaria una educación sexual y es de máxima importancia que esta educación sea acertada. Para tener mayores elementos de juicio comencemos con una definición:

«Todo aquello que una persona necesita aprender (conocimiento y actitud) desde que nace y que le capacita para llevar una vida feliz con una pareja estable y permanente». (Vollmer y col.)

Esta educación no se agota en la transmisión de información sino que debe estar orientada a la formación de actitudes positivas. Obviamente la información debe reflejar necesariamente la verdad pero también la conducta de los educadores (padres, maestros, profesores, etc.) debe ser lo suficientemente coherente como para generar virtudes.

Estos dos conceptos se pueden sintetizar en la frase del Prof. Lagares: «Debemos enseñar a niños y jóvenes a conocer, ejercer y dominar su propia sexualidad, porque de lo contrario sería aceptar que la sexualidad es un determinismo biológico que ingiere sólo al plano genital, lo que de hecho, la ciencia y la experiencia ya se han encargado de desmentir».

Se debe superar el paradigma de educación sexual que ha estado centrado (y en algunos casos sigue centrado) en el genitalismo (descripción muchas veces irresponsable de los órganos sexuales y su funcionamiento ) y la «reproducción» (que queda reducida a la anticoncepción).

En su lugar responde más a la naturaleza humana centrar la educación sexual en tres pilares:

  • Educación para la identidad (para la «tarea» de ser hombre o mujer de acuerdo al mandato genético).
  • Educación para la procreación (anotando que el ser humano, en cuanto persona, no se «reproduce» sino que procrea, palabra que en sí encierra la consideración de la verdadera dignidad del acto de dar vida a un nuevo ser humano).
  • Educación para el amor (otra vez el amor, que posibilita ubicar la sexualidad en su verdadera dimensión: la de salida de sí y encuentro con el otro).

En última instancia todo nos remite a considerar a la educación sexual como una formación para la vida familiar y social.

LA PERSONA HUMANA

Para entender la sexualidad hay que empezar comprendiendo a la persona humana. Por eso hemos querido poner el eje en dos puntos fundamentales:

  1. a) La unidad cuerpo-alma espiritual de la persona humana.
    b) El triple dinamismo operativo o tres niveles de acción de la persona.

A.- EL HOMBRE UNA UNIDAD MUY PARTICULAR
(UNIDAD SUBSTANCIAL DE CUERPO Y ALMA ESPIRITUAL)

Si alguien conoce a otro físicamente pero no ha tenido trato con esa persona (o sea con su interioridad, aunque más no sea en un grado muy elemental) se dice habitualmente «conozco a fulano pero sólo de vista». A la inversa, si se conoce su pensamiento a través de cartas o escritos de cualquier índole, esto no autoriza a decir que realmente se conoce a esa persona en el sentido más profundo y auténtico de la palabra. Este sencillo ejemplo nos habla a las claras de la doble realidad presente en el ser humano.

Por eso decimos que la persona humana es una unidad con partes: esto quiere decir que cada hombre está compuesto por un principio material, su cuerpo y uno inmaterial, su alma espiritual.

Dicho de otro modo: todos tenemos exterioridad e interioridad.

Ambas partes siempre juntas, alma espiritual y cuerpo, son la persona humana. Somos unidad, totalmente inseparables: yo y mi cuerpo, mi cuerpo y yo. Así como yo soy importante así es importante también mi cuerpo. Nuestro cuerpo es tan bueno y valioso como nosotros mismos.

Por tanto no somos prisioneros de un cuerpo ni «tenemos» cuerpo, como si este fuera una cosa que se poseyera como se posee un reloj o un auto: somos corpóreos y somos espirituales, ninguno de las dos partes es un agregado posterior a la otra. Cierto que el alma tiene un grado mayor de importancia, pero esto no porque el cuerpo sea una parte indeseable de toda persona. Por tanto tampoco se debe tomar al cuerpo como la causa de todos los males.

Por tanto el cuerpo no es malo ni fuente de pecado. No se puede entonces desvirtuar la unidad natural dividiendo alma y cuerpo, como si el alma fuera buena y el cuerpo malo. Si se separan ya no hay persona, ya no hay una realidad viva y existente. De ahí que es igualmente falso tratar al alma como si fuera «toda la persona» o al cuerpo como si fuera «toda la persona».

De esta unidad que por ser tan profunda llamamos substancial, podemos extraer conceptos fundamentales para entender la sexualidad, especialmente en la línea de la identidad, la comunicación y la responsabilidad:

  1. a) Identidad:A partir de la unidad cuerpo-alma espiritual descubrimos que ser persona humana equivale a ser persona sexuada, varón o mujer. Es un dato que se ve en lo exterior pero que es expresión de la integridad. Al ser corpóreos somos sexuados, persona mujer o persona varón desde el momento en que se unieron el espermatozoide y el óvulo de nuestros padres. A partir de entonces tenemos cromosomas XX (mujer) o XY (varón) en todas nuestras células. En este caso la misma configuración del ADN, así como todos los demás rasgos sexuales primarios y secundarios son un «afuera» que expresa en forma inequívoca una caracterización interior, esto es, del alma. Además se es mujer o varón en todo momento: ninguno deja (ni puede dejar) de «ser varón» o «ser mujer» para impartir su clase, por ejemplo, como si fuera un «saco» que se usa sólo en ocasiones o como si fuese una característica manipulable por la libertad. En realidad es una realidad metafísica constitutiva de nuestro ser persona y por lo tanto no es modificable.
  2. b) Comunicación:La unidad habla del aspecto fundamental que da sentido a la comunicación: una caricia con afecto es infinitamente más que simplemente «pasar una piel sobre otra» o una palabra agradable más que «un conjunto de sonidos».Otra vez un ejemplo nos ayuda a entenderlo: imaginemos a una novia enamorada. Ella está en una cita con su enamorado. Está encantada y disfruta de la ternura de un beso, un abrazo, una caricia: siente que esa es la mano más suave del mundo.

Pero un día descubre que «su» enamorado sale con otra. En la siguiente cita la caricia y el abrazo ya no serán los mismos: la mano ya no será suave y no sólo en un sentido figurado: probablemente todo su cuerpo rechace ese contacto que poco antes era agradable.

La pregunta que cabe hacerse es ¿en qué cambió? ¿Acaso en la configuración física de la superficie de la piel de uno de los dos? Evidentemente no. Algo en el «todo-humano» que es la chica cambió, ya la comunicación no es la misma hasta el punto que incluso la sensación corpórea no es igual.

  1. c) Responsabilidad:todo lo que «se haga» a un «cuerpo» se lo está haciendo a la persona entera (y quien lo hace es una persona entera). Sería ridículo que cualquiera de nosotros luego de darle una bofetada a otro tratara de argumentar en su favor: «No fui yo, fue «mi mano»; además que te quejas si le pegué solamente a tu cuerpo». La respuesta más lógica sería: «Nada de cosas, tú me pegaste a mí».

El ejemplo, un poco extremo y gracioso, nos muestra a las claras que este es un concepto que habitualmente se sabe sin ningún tipo de estudio pero que a veces se solapa en pos de consentir actos que contradicen la naturaleza humana y sus exigencias.

Todo lo que le hacemos «a otro cuerpo» se lo hacemos «a una persona». Así como debemos respetar a la persona, debemos respetar su cuerpo ya que nadie puede ser ajeno a la acción buena o mala que se haga en su cuerpo.

De este modo comunicación y respeto aparecen como el don y la responsabilidad naturales que surgen de la comprensión integral de la persona. Por lo tanto son dos ejes fundamentales para entender qué es la sexualidad, de dónde le viene su profundidad y por qué ella misma tiene unas exigencias muy precisas. Se trata de descubrir las dos dimensiones de la sexualidad: amor y responsabilidad. El amor cariñoso expresado en la integridad de la persona (también en su cuerpo) garantiza la posibilidad de la responsabilidad. Y la responsabilidad por el otro, «responder por» el otro también en su cuerpo, es la clave para descubrir un amor auténtico y desinteresado.

B.- EL HOMBRE UN SER INTEGRAL (TRIPLE DINAMISMO OPERATIVO: BIO-PSICO-ESPIRITUAL)

Ya hemos visto cómo el hombre es una unidad de partes. Ahora vayamos a otra constatación. A primera vista podemos comprobar que el hombre, siendo uno, realiza diferentes tipos de actividades. No es lo mismo el acto reflejo luego de un golpe en la rodilla, el sentir ganas de llorar o el pensar en alguien que amamos.

Tomando en cuenta características comunes de la diversidad de operaciones que puede realizar el ser humano en todo momento, estas se pueden agrupar en tres niveles:

  1. Actividades físicas (corpóreas, somáticas o biológicas)
    2. Actividades psíquicas (o psicológicas)
    3. Actividades espirituales (las que tienen que ver con el entender y el querer)
  2. Las «actividades» físicas suceden en nosotros (como el arco reflejo, el latido del corazón, etc.): en ellas no interviene para nada la libertad.
  3. En las actividades de tipo espiritual se nota exactamente lo contrario ya que todo lo que hacemos con nuestra inteligencia y nuestra voluntad es enteramente nuestro (lo cierto es que nadie ama a algo o a alguien «si no quiere»): es el ámbito por excelencia de la libertad.
  4. El grupo de las actividades psicológicas es especial ya que comparte características de los otros dos niveles. El psicológico es el nivel que abarca los sentimientos, las pasiones, los estados de ánimo, etc.. El origen de este nivel nos remite a su relación con los otros dos. Vayamos a lo ejemplificado en el libro «Construyendo mi personalidad»:

Basar la educación en este concepto es estimular así el dominio sobre uno mismo, fundamento de la verdadera libertad.

El proceso que debemos constantemente llevar adelante hacia el equilibrio, es lo que llamamos integración: entre lo que sabemos que nos conviene, lo que sentimos como bueno y lo que en definitiva hacemos. El lograr el equilibrio que supone la integración es lo que desemboca en la adquisición de la virtud. La armonía de las partes lograda gracias a una acción buena o conforme a los valores posibilita que en lo sucesivo acciones buenas de ese tipo sean más fáciles de realizar. Esto es una virtud: repetir actos buenos hasta que tenemos una cierta costumbre a hacerlos y entonces son más sencillos. Los actos buenos son reconocibles porque son los que coinciden con la naturaleza humana en sentido positivo.

El camino para encontrar la libertad es el amor: cuanto más amas más integrado estás, y cuanto más integrado estas más libre eres y cuanta mayor libertad tengas mejor será tu amor, más verdadero, más auténtico. Y en este círculo positivo no está excluida la sexualidad que es una fuerza que está en nosotros para ayudarnos a cumplir esta misión de armar la pirámide. Por lo tanto la auténtica sexualidad tiene que ver con el amor, siempre.

Por otro lado la búsqueda del equilibrio es incesante a lo largo de toda la vida. En el momento que pensemos que ya la poseemos totalmente y que somos perfectos, nos ha alcanzado la soberbia y tal vez dejemos truncado un camino iniciado rumbo a la verdadera felicidad.

La integración no consiste en destruir la energía que surge del sentimiento o los impulsos sino más bien en aprovechar esa fuerza para lograr fines conscientemente elegidos, esto es, lo que es bueno para la propia consolidación como persona.

CRECIMIENTO EN EL AMOR

A partir de la comprensión que tenemos de la persona (quien es sexuada y actúa desde esta sexuación), podemos ver todo un desarrollo que nos va a ayudar a entender el fenómeno del amor.

Por ello partamos de la base del ejemplo de la pirámide y los niveles de acción. A cada nivel de acción corresponderán valores, emociones y productos de esas emociones que nos ayudarán a completar un cuadro ordenado de lo que por lo general sucede en nuestro interior.

VALORES

Los valores son características que tienen o poseen las cosas y las personas. Estas «características» impactan en nosotros que descubrimos su importancia.

Los valores presentes en la persona (aquellos que tienen relación con el proceso del amor)
Comencemos por los valores que están presentes en la persona. La persona humana tiene un único valor (su dignidad es la más alta de la creación) pero así como la persona siendo una tiene diversas formas de actuar, este único valor, supone varios valores intermedios que nos descubren su grandeza.

Cuando una persona se pone en relación con otra de sexo complementario entran en juego sus dinamismos, su ser bio-psico-espiritual. Correspondientemente con sus dinamismos, la persona encarna unos valores con características muy definidas. Conociendo qué valor es el que está en juego podremos reconocer de qué tipo de relación se trata y qué podemos esperar de ella.

Al dinamismo físico corresponde el valor corporal.
Al dinamismo psicológico corresponde el valor sexual.
Al dinamismo espiritual corresponde el valor personal.

 VALOR CORPORAL: El cuerpo es una parte fundamental de la persona, parte de su comunicación. Cuando hablamos de valor corporal tenemos que tener en cuenta algunas cosas:

  • El cuerpo es «no libre». De hecho no piensa, es «ciego» en todo sentido. Depende de estados hormonales y de procesos necesario (crecimiento, respiración, etc.)
  • Busca comunicarse con el otro complementario.
  • Es bueno para la persona en la medida que está en relación con el resto de los valores de la persona toda.
  • Este valor significa solamente la puerta de entrada a la persona, lo más exterior, lo primero con lo que nos encontramos.

Evidentemente la persona no se agota en su cuerpo y si la tratamos sólo en clave de este valor la estamos desvalorizando.

¿Cuál es verdadero valor del cuerpo? El cuerpo tiene que «transmitir» a la persona: ni se debe ocultar totalmente ni se debe usar como «herramienta» para llamar la atención. En el último caso solamente estaría mostrando un cuerpo como puede haber muchos. Lo que hace único y especial a un cuerpo es la persona, la totalidad, la suma de lo exterior y lo interior. En esta suma está el valor del cuerpo. Por eso el cuerpo debe conducir a los demás hacia la profundidad de uno mismo, de «mi persona». Es (en la mayoría de los casos) el primer paso para conocer la persona total.

VALOR DE IDENTIDAD/COMPLEMENTARIEDAD (SEXUAL): Como hemos visto en nuestro proceso de crecimiento, desde el momento de nuestra concepción tenemos una identidad: somos hombres o mujeres. Somos únicos e irrepetibles pero al mismo tiempo «incompletos». Nuestros cuerpos pueden estar completos pero dentro hay algo que dice que para estar plenos nos hace falta una compañía. Pero esa compañía no puede ser de cualquier tipo: tiene que aportar lo que, en líneas generales, a cada uno le hace falta.

Justamente lo que le hace falta a la mujer está en la masculinidad del hombre y lo que le hace falta al hombre lo tiene la femineidad de la mujer. Es a lo que se llama «complementariedad». Es esa inexplicable magia (muy notoria desde inicios de la adolescencia) que hace que los chicos se acerquen a las chicas y ellas a ellos.

Ahí reside la fuerza de este valor: así como el cuerpo expresa a la persona toda, la psicología muestra un temperamento, una forma de ser que requiere ser complementada y que al mismo tiempo quiere complementar a otro. Por ello este valor no atrae a la persona, en primera instancia, por la persona misma, sino más que nada por lo que tiene para dar.

El primer impacto de este valor siempre es fuerte, ya que todos necesitamos la complementación y es un profundo anhelo de toda la vida. Pero además es poco o nada racional y está totalmente a merced de los estados de ánimo, por lo que su duración dependerá de la no aparición de un impacto mayor.

Por ello las experiencias surgidas de este valor no pueden ser lo que fundamente una relación seria. En su ímpetu este valor nos puede confundir (y a los adolescentes suele hacerlo con bastante frecuencia).

VALOR PERSONAL: Se relaciona directamente con el nivel espiritual: este es el valor más importante que tiene toda persona.

Todos somos conscientes de que quienes nos rodean son personas. Esto implica que cualquier reacción física o psicológica se tiene que elevar al nivel personal para cobrar verdadero sentido humano.

Básicamente este valor nos dice: «Más allá de que me guste su cuerpo o me sienta bien con él o ella, lo más importante es que es una persona, y eso es lo que la hace verdaderamente valiosa».

El valor personal es el que le da sentido a los demás.

El valor personal se refiere también a lo físico y a lo psicológico, pero asumidos y elevados a un nivel superior: el nivel personal humano.

A partir de la captación de este valor adquiere verdadero significado la complementariedad.

En el valor personal nos damos cuenta que existe un núcleo íntimo, donde se juega en última instancia la dignidad, en el que hombres y mujeres somos iguales: somos personas humanas. Por eso nos podemos comunicar y entregar. En última instancia por eso podemos formar comunidad. Sin este valor la entrega no tendría ningún sentido: nadie puede entregarse a algo menos valioso, pues se estaría rebajando. Y justamente la entrega a otro en el amor es lo que más eleva y realiza al hombre.

Comprender el valor personal es la condición para que los dos valores anteriormente referidos se vean correctamente dimensionados, con un intensidad nueva y más real. De la consideración del valor total y abarcante de la persona surgirá el verdadero amor, el amor de virtud, que por lo tanto referirá a la cercanía afectiva y a la atracción física en una dimensión de justicia.

La sexualidad se entiende sólo en la medida que se comprende y vive el valor personal. Por lo tanto ella no es un bajo instinto o un mal necesario. Es una importante y valiosa dimensión de la persona y está en ella para colaborar en su búsqueda de la felicidad.
Descubrir este sentido de la sexualidad (su verdadero sentido) es el único camino para lograr que el adolescente la vea como ella es y asuma el hermoso desafío de responder a sus exigencias: si se entiende a la sexualidad como grande y sublime, íntimamente relacionada con el amor que los padres se tienen y del cual el chico es fruto, la virtud brota por sí misma. Pero si se la ve como una especie de «mal necesario» o simple objeto de «pasatiempo», es poco lo que se podrá hacer en este terreno.

RESPUESTAS A ALGUNAS PREGUNTAS SOBRE LA SEXUALIDAD

¿QUÉ ES LA SEXUALIDAD, ES DIFERENTE AL SEXO?:

El sexo es un término que se refiere a las características físicas que distinguen a hombres, mujeres y ambivalentes: sus órganos genitales, las hormonas sexuales y los caracteres sexuales secundarios como las mamas, el bigote, las caderas o la voz gruesa, en cada uno de los sexos.

La sexualidad es la unión de lo biológico, lo social, lo sicológico y lo cultural. Es todo aquello que tiene que ver con el comportamiento, las actitudes y los sentimientos de la persona; forma parte fundamental de la personalidad del individuo y está orientada por la razón, la voluntad y las demás dimensiones y valores del ser humano.

¿CÓMO CONVERSAR SOBRE LA SEXUALIDAD CON LA PAREJA?

No hay fórmulas establecidas para hablar sobre sexualidad. La posibilidad de conversar con la otra persona sobre este tema depende de si se tiene o no una relación respetuosa, saludable, equitativa y enriquecedora para las dos partes.

La comunicación no es otra cosa que poder expresar sentimientos, pensamientos, sensaciones e ideas de manera libre y respetuosa, por lo tanto es un proceso indispensable para la vida de la pareja, que se construye teniendo en cuenta aspectos como intimidad, respeto hacia lo que la otra persona piensa y siente, confianza y libertad.

Hablar es una forma sencilla de comunicarse pero hay otras que no incluyen palabras, hay gestos e incluso las parejas construyen sus propios lenguajes y esquemas de comunicación.

Hay que aclarar que comunicarse adecuadamente no significa estar de acuerdo con todo lo que la otra persona piensa, siente, dice. Quienes tienen dificultades para hablar de sexualidad con su pareja pueden recurrir a un apoyo profesional a través de un médico o de un psicólogo.

¿CÚALES SON LAS ETAPAS DE LA RESPUESTA SEXUAL?

Se ha considerado que existen diferentes momentos durante la relación sexual.

Deseo: es el interés y atracción que una persona siente hacia otra y significa una motivación o disposición para participar en actividades eróticas como intercambio de palabras, besos, abrazos o caricias que conducen a la excitación.

Excitación: es cuando el cuerpo empieza a tener algunas reacciones fisiológicas tales como aumento del ritmo cardiaco, erección y lubricación vaginal a partir de la estimulación sexual que puede ser física, psicológica o una combinación de las dos.

Orgasmo: también conocido como clímax es la sensación de mayor placer sexual que puede experimentar una persona como resultado de la excitación sexual. En las mujeres puede presentarse una secuencia de orgasmos, en la mayoría de los hombres culmina con un período de relajación.

Después del orgasmo: con frecuencia las parejas después de alcanzar su mayor satisfacción sexual retornan progresivamente a condiciones de reposo. Sin embargo, no todas las relaciones sexuales terminan en orgasmo, ni siguen estrictamente los pasos mencionados y pueden ser igualmente placenteras y gratificantes para quienes las realizan.

¿LA RESPUESTA SEXUAL CAMBIA CON LA EDAD?

Sí. Cuando las personas aumentan su edad y pasan de la juventud a la adultez y de ésta a la vejez, la respuesta sexual se va manifestando de forma diferente, al igual que ocurre con todas las otras funciones orgánicas del ser humano.

En especial, la erección en el varón y la urgencia del deseo en ambos sexos, se van haciendo más lentas, sin que esto signifique que desaparezcan o disminuyan en la calidad. Si la persona conoce estos fenómenos dejará a un lado la angustia o preocupación y pasará a aceptarlos con naturalidad.

¿ES CIERTO QUE EL HOMBRE TIENE MÁS DESEO SEXUAL QUE LA MUJER?

No es cierto. El hombre y la mujer tienen la misma capacidad de sentir deseo sexual, sin embargo los hombres expresan más abiertamente sus deseos y pensamientos sexuales, mientras que algunas mujeres sienten vergüenza y temor de hacerlo; eso depende de la crianza y la educación que han recibido. De cualquier forma, hombres y mujeres tienen derecho a expresar sus sentimientos y deseos sexuales.

¿LAS MUJERES PUEDEN CONTROLAR MÁS EL DESEO SEXUAL QUE LOS HOMBRES?

El deseo sexual nace de una reunión de elementos físicos (hormonas), psicológicos y sociales; es decir, depende no sólo de un sustrato orgánico sino también de los valores, creencias, el entorno en el que se desenvuelve la persona, etc.

En nuestra sociedad se estimula más la expresión sexual de los varones mientras que a las mujeres se les reprime, censura o desaprueba. Es por ello que muchas personas creen que ellas pueden controlar más su lívido. No hay pruebas científicas que demuestren que el deseo sexual tenga diferencias de sexo.

¿POR QUÉ EN ALGUNAS MUJERES DISMINUYE EL DESEO SEXUAL DESPUÉS DE TENER UN PARTO?

Aunque no es generalizado para todas las mujeres, algunas pueden sufrir alteraciones en su deseo sexual por:

  • Cambios en la lubricación vaginal.
    •Cambios hormonales que afectan el estado anímico.
    •Dolor o falta de contracción durante la penetración, debido a la cesárea, por la manipulación de instrumentos durante el parto o la episiotomía (cortar el espacio entre la vagina y el ano).
    • La sensación de cansancio por la atención y los cuidados que requiere la nueva persona.
    •Temor a un nuevo embarazo.
    • Depresión postparto.

¿LA MUJER MANTIENE SU DESEO SEXUAL DESPUÉS DE LA LIGADURA DE TROMPAS?

Sí. La ligadura de trompas consiste en cortar las trompas uterinas para impedir que el óvulo sea fecundado. Es más, después de la ligadura algunas mujeres reportan mayor interés sexual porque tienen la certeza de no quedar embarazadas.

¿LA VASECTOMÍA PUEDE AFECTAR EL DESEO SEXUAL Y LA EYACULACIÓN?

No. La vasectomía sólo tiene que ver con el aspecto reproductivo del hombre y después de la operación él sigue eyaculando normalmente pero sin espermatozoides. Por lo tanto, la vasectomía no afecta el deseo sexual, la fuerza, ni la erección.

¿CÓMO EXCITAR A UNA MUJER?

La forma más indicada de favorecer la excitación de la mujer es brindándole los estímulos que a ella le resulten más efectivos y gratificantes. Para tener la certeza de cuáles son, es necesario preguntarle a ella qué es lo que más le gusta o lo que más la excita.

Cada mujer es diferente y, con el paso del tiempo y la experiencia, la forma de sentir placer y los estímulos que producen excitación pueden ir variando.

¿EL HOMBRE SE EXCITA MÁS RÁPIDO QUE LA MUJER?

La excitación no tiene que ver con que la persona sea hombre o mujer sino con diversos factores derivados de condiciones físicas y mentales.

Debido a que el varón se excita más fácilmente ante estímulos visuales que la mujer (ella se excita más fácilmente ante estímulos táctiles o auditivos) esto desencadena en él una respuesta fisiológica y mental más rápida.

¿POR QUÉ ALGUNAS MUJERES NO SIENTEN EL ORGASMO?

Múltiples causas pueden incidir:

  • Falta de comunicación con la pareja.
    • Falta de estimulación.
    • Falta de conocimiento de sus órganos y sensaciones.
    • Intranquilidad en sus prácticas sexuales.
    • Ambiente inadecuado o perturbador.
    • Temores derivados de experiencias anteriores o de la educación recibida.
    • Violencia sexual.

¿CÓMO SE SABE SI UNA PERSONA FINGE EL ORGASMO?

Muchas personas fingen el orgasmo porque les da pena con su pareja o sienten que pueden ser rechazadas o cuestionadas. Para saber si alguien simula el orgasmo debe preguntársele directamente puesto que no hay otra forma de saberlo con certeza.

Fingir el orgasmo constantemente se puede convertir en una barrera de comunicación verdadera con la pareja, además de que impide sentir verdadero placer para quien lo finge.

¿CÓMO SABE UN HOMBRE QUE LA MUJER TIENE UN ORGASMO?

El orgasmo o clímax femenino no es tan “visible” y objetivo como el del varón porque generalmente en ella no existe la eyaculación (pocas mujeres emiten una gran cantidad de secreción lubricante en el momento orgásmico y algunos autores la han llamado “eyaculación femenina”).

Cada mujer tiene expresiones y maneras diversas de expresar su orgasmo: algunas en silencio, otras con gemidos fuertes; en fin, unas más expresivas que otras.

Los medios audiovisuales, en especial, el cine y la pornografía, nos han enseñado que el clímax debe ser “de película” para ser satisfactorio; no siempre es así ya que cada mujer lo vive y lo manifiesta de forma particular y muy a su manera.

¿CÚAL ES LA DIFERENCIA ENTRE EL COITO Y EL ORGASMO?

El coito es el acto sexual con penetración y el orgasmo es el punto máximo de sensaciones placenteras. No siempre que hay coito hay placer porque algunas relaciones se practican bajo presión y violencia. Y no siempre que hay orgasmo hay coito, algunas personas pueden llegar a su punto máximo de placer y obtener un orgasmo sin una penetración.

Los derechos sexuales y reproductivos contemplan que las relaciones sexuales sean gratificantes y seguras para quien las realiza, libres de coerción, miedo y violencia.

¿POR QUÉ LAS MUJERES PUEDEN TENER VARIOS ORGASMOS SEGUIDOS Y EL HOMBRE NO?

Las condiciones de los órganos genitales de la mujer, en especial la estructura del clítoris, permiten que la sensación de placer se prolongue aún después del orgasmo y continúe la excitación. En cambio, el hombre pierde la erección después de la eyaculación y se demora un tiempo en recuperar la excitación.

¿LA MUJER TIENE DOS CLASES DE ORGASMOS?

Unas mujeres prefieren el orgasmo coital por la experiencia del encuentro erótico mientras que otras prefieren el orgasmo clitoridiano por ser más intenso y porque no depende del ritmo ni las necesidades de su pareja sexual.

En conclusión, el orgasmo femenino es uno solo, sea cual sea la vía de estimulación y no se considera anormal que una mujer obtenga su máximo placer con una u otra vía de estimulación.

¿CÓMO PODER LLEGAR A TENER UN ORGASMO SIMULTANEO?

Unas mujeres prefieren el orgasmo coital por la experiencia del encuentro erótico mientras que otras prefieren el orgasmo clitoridiano por ser más intenso y porque no depende del ritmo ni las necesidades de su pareja sexual.

En conclusión, el orgasmo femenino es uno solo, sea cual sea la vía de estimulación y no se considera anormal que una mujer obtenga su máximo placer con una u otra vía de estimulación.

¿EL ORGASMO DE LA MUJER EN UNA RELACIÒN SEXUAL DEPENDE DEL HOMBRE?

Si el hombre cree que lo que ocurra en un encuentro sexual es su única responsabilidad y, la mujer por su parte, piensa que su pareja debe conocer todas las habilidades y destrezas para estimularla, ambos pretenderán que el orgasmo de ella dependa única y exclusivamente de lo que “él le haga”.

La verdad es que la relación sexual es un encuentro de dos personas que participan y buscan su propia satisfacción y la de su pareja.

¿EL HOMBRE PUEDE TENER UN ORGASMO SIN ERECCIÓN?

Sí. La erección y la eyaculación son dos reflejos diferentes. Así como se puede eyacular sin orgasmo, tal como ocurre en las poluciones nocturnas, la erección no es imprescindible para tener un orgasmo, es decir, se puede llegar al clímax con el pene fláccido.

La eyaculación y la erección son procesos independientes. La primera se refiere a la emisión de semen por el pene, placentera o no; se puede eyacular sin orgasmo y también sentir orgasmo sin eyacular.
El órgano sexual por excelencia es el cerebro y esto explica las diversas posibilidades de placer que tenemos. Es por ello que personas con lesión de médula espinal pueden tener orgasmos con estimulación de zonas diferentes a sus genitales, como el brazo, una oreja o incluso, un pensamiento.

¿SIEMPRE QUE UN HOMBRE TIENE UNA ERECCIÓN SIGNIFCA QUE ESTÁ EXCITADO?

La erección no ocurre solamente como respuesta física a la excitación masculina. Algunas situaciones cotidianas pueden originar erecciones sin que exista un evento excitatorio, por ejemplo, ante las vibraciones de un vehículo en marcha, en las mañanas antes de levantarse, en la fase profunda del sueño nocturno o en situaciones de miedo intenso.

¿QUÉ ES LA FRIGIDEZ?

Es un término antiguo que hacía referencia al bajo deseo sexual y a la dificultad para lograr la excitación o alcanzar el orgasmo en las mujeres. Hoy se conoce como trastorno de la excitación femenina.

¿ES CIERTO QUE SI UNA MUJER ES FRIGIDA NO PUEDE TENER HIJOS?

La reproducción es independiente de la respuesta sexual en la mujer. Es decir, no se requiere estar excitada o tener orgasmo para que haya un embarazo, puesto que el encuentro de los espermatozoides masculinos con el óvulo femenino no depende de la respuesta sexual femenina.

¿QUÉ ES EL VAGINISMO?

El vaginismo es una disfunción sexual femenina que se caracteriza por la contracción involuntaria de los músculos que rodean la vagina impidiendo la penetración. Puede ocurrir de manera primaria cuando una mujer no permite la penetración desde que inicia su vida sexual activa e, incluso, rechaza con miedo cualquier intento de examen ginecológico o inserción de óvulos o tampones.

Cuando la mujer presenta esta disfunción ya habiendo tenido experiencia sexual anterior gratificante, se denomina vaginismo secundario; ocurre especialmente, después de una violación o evento obstétrico traumático, como un parto con fórceps.

¿CÓMO SE PUEDEN TRATAR LAS DISFUNCIONES SEXUALES EN LAS MUJERES?

Las disfunciones sexuales femeninas pueden tener causas físicas, psicológicas o relacionadas con la pareja, llamadas relacionales. El ginecólogo se encarga de descartar problemas relacionados con los órganos genitales u hormonas de la mujer que consulta por un problema sexual. Mientras que el sexólogo ofrece un tratamiento integral que incluye todos los aspectos que pueden haber originado el problema sexual que la mujer refiere.

¿QUÉ ES LA IMPOTENCIA?

Su nombre adecuado es disfunción eréctil y hace referencia a la imposibilidad de obtener o mantener una erección adecuada que le permita al hombre lograr su propia satisfacción así como la de su pareja.

Ocurre en todas las edades a partir de la adolescencia y tiende a aumentar su frecuencia en edades avanzadas.

¿LA DISFUNCIÒN ERÉCTIL APARECE EN TODOS LOS HOMBRES MAYORES?

A medida que un hombre avanza en edad tiende a presentar disfunción eréctil con mayor frecuencia debido a los cambios físicos propios de la edad. Sin embargo, debe aclararse que no todos los hombres mayores presentan esta disfunción.

Debe destacarse que la disfunción eréctil puede aparecer a cualquier edad, incluso en los jóvenes.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA DISFUNCIÓN ERÈCTIL?

Existen tres causas principales de disfunción eréctil:

  • Físicas:diabetes u otras enfermedades crónicas de tipo hormonal, metabólico o neurológico; medicamentos o consumo de drogas psicoactivas, uso excesivo o prolongado de alcohol o cigarrillo.
    • Psicológicos: preocupaciones, depresión, ansiedad, cansancio o fatiga.
    • Relacionales: conflictos de pareja, ambiente inadecuado, rutina, pérdida del atractivo físico, resentimientos o rabia hacia la pareja.

¿CÓMO SE SABE EN QUÈ MOMENTO SE PUEDE TENER RELACIONES SEXUALES?

Es importante tener en cuenta que una decisión tan importante se debe tomar en compañía de la pareja, sin dejarse presionar por esa persona, por los amigos o por el ambiente. Es preciso, antes de iniciar una vida sexual activa, conocer los riesgos que podrían derivar de una decisión como ésta.

Para vivir la sexualidad de manera plena, cada persona debe asumirla responsablemente, con habilidad para responder por las consecuencias de sus decisiones y comportamientos.

¿TENER RELACIONES A TEMPRANA EDAD PUEDE PRESENTARSE RIESGOS?

Sí. Riesgos físicos y psicológicos cuando las personas no están preparadas o seguras de la relación sexual, cuando están presionadas o acosadas para tenerlas, o cuando las practican sólo por complacer a la otra o a otras personas.

A nivel físico cuando no toman medidas de prevención, pues un embarazo en la adolescencia es una situación de alto riesgo para la salud y la vida de la joven, ya que su cuerpo no ha terminado de desarrollarse y, por ende, los huesos, el aparato reproductor y el organismo en general están aún muy inmaduros y no tienen la capacidad necesaria para llevar el embarazo.

Otro riesgo al que se exponen son las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) incluido el VIH/Sida, si no utilizan condón.

Tener relaciones sexuales debe ser una decisión libre que contribuya al bienestar y placer de la persona. Si las relaciones no responden a estas características, pueden convertirse en riesgos.

¿TODAS LAS MUJERES SIENTEN DOLOR DURANTE SU PRIMERA RELACIÓN SEXUAL?

Sentir dolor durante la primera experiencia coital es uno de los mitos femeninos que aún persisten en nuestra cultura. Al creer la mujer que habrá dolor, por supuesto que le dolerá la primera penetración vaginal. Toda relación sexual debe ser placentera y gratificante, incluida la primera que se tenga en la vida.

El dolor se explica por la contracción de los músculos que rodean la vagina debido a varios factores como el miedo, la inexperiencia o la creencia de que “se está haciendo algo malo”; si la mujer se prepara física y mentalmente para su “primera vez”, busca con su pareja un ambiente adecuado y tienen un buen preámbulo erótico que la excite adecuadamente, seguramente esa experiencia va a ser maravillosa.

¿AL HOMBRE LE PUEDE DOLER LA PRIMERA RELACIÓN SEXUAL?

En algunos casos podría sentir molestias en el prepucio y en los testículos, pero debe ser una sensación pasajera. Si se vuelve frecuente es importante consultar con el médico general o con el urólogo.

¿CÓMO DISFRUTAR UNA RELACIÒN SEXUAL?

El disfrute sexual es una vivencia personal, producto de una decisión autónoma. Sin embargo, para disfrutarla en pareja son importantes la atracción, el deseo por la otra persona, el respeto, el placer y la protección frente a riesgos como el embarazo no deseado y las Infecciones de Transmisión Sexual, incluido el VIH/Sida.

¿UNA RELACIÒN DE PAREJA PUEDE FUNCIONAR SIN SEXO?

Para que una relación entre dos personas funcione adecuadamente se requieren varios ingredientes: la comunicación, el bienestar y la satisfacción de ambos, la seguridad de sentirse amado y comprendido y la intimidad. Si algunos de estos elementos falla, es probable que la relación no tenga éxito.

Muchas parejas viven felices sin que la vida sexual sea el fin primordial porque poseen otras condiciones que les permiten expresar su amor.

¿TENER O NO TENER RELACIONES SEXUALES AFECTA LA AUTO ESTIMA DE LA PERSONA?

No necesariamente. Puede afectar a la persona dependiendo de las creencias y vivencias que cada cual tenga respecto a su sexualidad. Por ejemplo, si una persona tiene relaciones sexuales y no está segura de esa decisión, no se siente cómoda, ni las encuentra placenteras, es posible que su actividad sexual esté afectando de manera negativa su autoestima, puesto que está actuando en contra de lo que desea y piensa.

Por el contrario, si una persona ha decidido tener relaciones sexuales que le resultan placenteras y estimulantes, se protege usando condón y siente que es una actividad que le aporta a su vida, no va a tener problema alguno con su autoestima.

¿LA MASTURBACIÓN PUEDE CONVERTIRSE EN UN VICIO?

Una conducta puede convertirse en un vicio cuando se realiza de manera compulsiva, no puede controlarse el impulso y se dedica todo el tiempo o la mayor parte de éste a realizarla.

¿SON EL ALCOHOL Y LAS DROGAS PSICOACTIVAS ESTIMULANTES SEXUALES?

Tienen el efecto contrario. Estas sustancias actúan a nivel del sistema nervioso central,produciendo variados efectos sobre la conducta del individuo, tales como reducir las inhibiciones, vencer la timidez, producir euforia, etc. Al inhibir los miedos, posiblemente se aumente el deseo sexual en el consumidor, pero reducen la circulación sanguínea a los genitales, disminuyendo el desempeño sexual, haciendo más difícil mantener una erección o experimentar un orgasmo.

¿PARA QUÉ SIRVE LAS LINEAS CALIENTES?

Son espacios donde se utiliza el teléfono como un estimulante sexual. La persona puede llamar y a través de una conversación erótica lograr la excitación sexual. Sin embargo, estas líneas tienen un propósito comercial y, en muchas ocasiones, las personas que tienen esta industria ejercen explotación sexual, manipulando o utilizando a personas menores o mayores de edad.

¿QUÉ ES EL SWINGER?

Es una práctica sexual que va en aumento, regida por reglas que los participantes han determinado con anticipación, de manera voluntaria, en la que ocurre un intercambio de parejas.

¿QUÉ SON LAS PARAFILIAS?

Las parafilias, desviaciones o variantes sexuales son un conjunto de conductas sexuales en que la fuente predominante de placer sexual deriva de recurrentes e intensas fantasías o comportamientos que engloban a objetos, animales, niños o adultos que no dan su consentimiento; es decir, la imaginación o los actos inusuales o extravagantes son necesarios, reiterados y a veces excluyentes para conseguir la excitación sexual.

Hay parafilias que no causan daño físico o psicológico. Independientemente de eso, la sociedad reprocha y sanciona ‘moralmente’ algunas parafilias y las etiqueta como inadecuadas. Con base en esos criterios, algunas parafilias son delitos a la luz de la legislación colombiana.

¿CÓMO EDUCAR ENTONCES NUESTRA SEXUALIDAD?

Cristo nos enseña que todo delito moral empieza primero en el campo del pensamiento y del deseo o apetito desordenado. Es decir, la fantasía, la imaginación en un modo en el hombre y, otro en la mujer, es el lugar de inicio de la fase de deseo. Ninguna de estas su facultades nace educada. Se hace necesario un estado de recogimiento de la mente y un estado de paz en la voluntad, capaces de seleccionar y no dejar entrar en la mente o en la voluntad aquello que después nos provocará ‘indigestión moral’. ‘El Reino de los Cielos sufre violencia y solo los violentos se apoderan de él’

 

CONCLUSIONES

  1. Si queremos distinguir la genitalidadde la sexualidad y aceptamos que la sexualidad necesita de la relación integral de toda la persona en todos los estratos que la componen, biológico, psicológico y espiritual, entonces, no podemos reducirla a pura procreación, si fuera así, estaría más en relación con el mundo animal que con el personal. En otras palabras no se produce solamente un cambio, en el sentido de que nace una vida nueva, al contrario, en virtud de ese mismo hecho y la disposición libre de los dos a la realización del mismo, nos arroja, como resultado final, que la procreación es también recreación. La recreación y no la pura procreación es el elemento que aporta la persona, como algo distinto de la procreación en el mundo animal.
  2. Si el acto supremo del hombre,lo más esencial, reside en su espíritu o persona, entonces todos los actos que se dan en los otros estratos del ser mismo del hombre están ordenados al bien de la persona.
  3. La libertades cualidad esencial del espíritu humano, pero no basta al ser humano conocer y usar su libertad, es necesario que esta esté formada por el amor. Y también aquí nos damos cuenta de que no sirve un amor cualquiera ni siquiera el amor propio para formar la libertad. Bastaría una mirada interior, medianamente honesta, para darnos cuenta de que el amor humano es enormemente imperfecto y que tiene necesidad de un modelo que le dé luz y fuerza, y que, siendo connatural a su esencia, le denuncie las disfuncionalidades y la forma de curarlas.
  4. El ser humano es abiertono es un ser en sí o para sí, cerrado o involutivo, es un ser para Alguien, tiene conciencia de ser ‘un ser para Alguien’ que, trascendental a él, le dé razón de su destino.
  5. La sexualidad, por consiguiente, en todas sus manifestaciones, tiene que ser integradora del espíritu y su personalidad y nunca despersonalizadora, tiene que ayudar a la persona a ser más persona, tiene que ser amor y, aunque está claro que interviene lo genital, más que ‘hacer el amor’ tiene que ‘ser el amor’expresión del amor.

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