2. BLOQUE DE APRENDIZAJE. EL POSITIVISMO

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1/2019 Problemáticas de la socio-antropología                           Socio-Antropología profunda. Augusto Comte, Segismundo Freud, Estanislao  e Ignacio Anderegge.  Interacción estudiantes-profesor- Trabajo individual y grupal


“Las ciencias sociales deberían de crear instituciones que reduzcan la conflictividad social, armonicen intereses individuales y sociales y que tengan nuevas formas de convivencia y solidaridad para lograr la paz social y mantener el progreso”. (Augusto Comte)

“Sólo los buenos sentimientos pueden unirnos; el interés jamás ha forjado uniones duraderas”. (Augusto Comte)

“Vivir para los demás no es solamente una ley de deber, sino también una ley de felicidad”. (Augusto Comte)

“El amor como principio, el orden como base, el progreso como fin”. (Augusto Comte)

“Mucho más que los intereses es el orgullo quien nos divide”. (Augusto Comte)

“Los muertos gobiernan a los vivos”. (Augusto Comte)

 

POSTULADOS DEL POSITIVISMO
LA CIENCIA ES UNA PODEROSA FUERZA HUMANA QUE ABRE EL CAMINO AL PROGRESO.

Para los positivistas la ciencia se debe de desarrollar continuamente para permitir controlar el destino de la especie humana y conducirla a una vida individual y social fincada en un saber sin prejuicios que permita tener una vida libre e individual.

Las ciencias naturales aplicadas a la industria permiten controlar el ciclo de producción de alimentos y así combatir el hambre; en el organismo humano permiten controlar pestes y enfermedades que se salen de control; en instituciones sociales ayuda a combatir los problemas sociales.

Las ciencias sociales deberían de crear instituciones que reduzcan la conflictividad social, armonicen intereses individuales y sociales y que tengan nuevas formas de convivencia y solidaridad para lograr la paz social y mantener el progreso.

Auguste Comte, Francés, es considerado el creador del positivismo y de la sociología.

Junto con Agustín Thierry fue secretario del conde Henri de Saint-Simon, durante siete años y ambos se separaron de él, debido a las muchas discrepancias que surgieron. Después de esta ruptura, Comte inició una etapa que calificó de «higiene cerebral» para alejarse de la influencia de las ideas de Saint-Simon.

Creó la palabra altruismo (dar sin esperar nada a cambio), en función de lo cual vivió: dio clases gratis de astronomía, escribió una enciclopedia de varios tomos él solo, todo para mejorar un mundo avaro en el que él sólo se empobreció.

Su filosofía tuvo influencia tal que se fundaron países como Brasil en función de su filosofía, país en cuya bandera se lee Orden y Progreso, parte de la triada filosófica de Comte (Altruismo, Orden, Progreso).

La sociología estudia: La sociedad, la interrelación humana y el comportamiento social. La sociología estudia a la sociedad desde el punto de vista de su organización y desorganización sociales.

Organización social: Es lo que permite el libre funcionamiento del sistema.

Desorganización social: corresponde a lo que amenazaría romper con el equilibrio establecido.

La sociología se relaciona con: Psicología general, Economía, Antropología, Historia, Ciencia política, Derecho, Geografía humana y Psicología social.

LA LEY DE LOS TRES ESTADOS Y LA IDEA DE PROGRESO, SEGÚN AUGUSTO COMTE

La humanidad en su conjunto y el individuo como parte constitutiva, está determinado a pasar por tres estados sociales diferentes que se corresponden con distintos grados de desarrollo intelectual: El estado teológico, el estado metafísico y el estado científico o positivo.

Este tránsito de un estado a otro constituye una ley del progreso de la sociedad, necesaria y universal porque emana de la naturaleza propia del espíritu humano. Según dicha ley, en el estado teológico el hombre busca las causas últimas y explicativas de la naturaleza en fuerzas sobrenaturales o divinas, primero a través del fetichismo y, más tarde, del politeísmo y el tercer estado positivo monoteísmo.

En el estado metafísico se cuestiona la racionalidad teológica y lo sobrenatural es reemplazado por entidades abstractas radicadas en las cosas mismas (formas, esencias, etc.) Que explican su por qué y determinan su naturaleza. Este estadio lo considera Comte como una época de tránsito entre la infancia del espíritu y su madurez,   que correspondiente al positivismo. En este estado el hombre no busca saber qué son las cosas, sino que mediante la experiencia y la observación trata de explicar cómo se comportan, describiéndolas fenoménicamente e intentando deducir sus leyes generales, útiles para prever, controlar y dominar la naturaleza (y la sociedad) en provecho de la humanidad.

CARACTERÍSTICAS DE LA FILOSOFÍA POSITIVA

La filosofía positiva como tipo de conocimiento propio del último estado de la sociedad, se define por oposición a la filosofía negativa y crítica de Rousseau y Voltaire a la que Comte atribuye los males de la anarquía y la inseguridad social que caracterizan al período post-revolucionario.

Lo positivo tiene como características el ser útil, cierto, preciso y constructivo.

CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS

Si la aparición del estado positivo se correlaciona con la mayoría de edad social e intelectual de la humanidad, esto se debe a la desaparición del espíritu metafísico como una evolución natural hacia el estado idóneo de la razón que traerá consigo el orden y la reorganización social. Se trata de una total «regeneración» que viene determinada por el progresivo desarrollo de las ciencias que, según Comte, han seguido cursos y ritmos distintos, siendo la más retrasada la física social.

La filosofía positiva hace un intento de clasificación de las ciencias, concebidas unitariamente como ramas de un tronco común que, evolutivamente, forman un continuo en el que el desarrollo de cada una establece las bases de la ciencia siguiente.

Comte clasifica las ciencias en cinco fundamentales: Astronomía, física, química, fisiología y sociología.

La finalidad de las ciencias es el control y el dominio de la naturaleza y la sociedad. La búsqueda de relaciones estables entre los fenómenos deriva en la construcción de leyes que permiten predecir el futuro: paso previo a todo control.

Se derivada de la fisiología, la sociología, como culminación del espíritu positivo, se dedicará al estudio de los fenómenos sociales y de sus leyes como camino para explicar la evolución de la humanidad y favorecer un progreso controlado de la sociedad que excluya todo posible cambio o revolución incontrolada.

CÓMO EDUCAR DESDE LA FILOSOFÍA

Para Estanislao Zuleta la educación cuenta con un problema esencial que va de la mano de la enseñanza limitada a resultados y que no da cuenta de los procesos de pensamiento. Este problema es el de enseñar sin filosofía, lo que deja como resultado una educación sin cuestionamientos y sin debate. Por el contrario, una educación filosófica propendería por el pensar mejor, el cuestionarse y el encaramiento de contradicciones. Por medio de esta visión amplificada, Zuleta pretende volver al sentido griego de la filosofía visto a través del amor a la sabiduría y del hombre como ser que busca la universalidad.

Educar desde la filosofía quiere decir sobreponer a nivel académico la enseñanza de la filosofía en una búsqueda permanente de la racionalidad. Para esto, Zuleta se apoya en los preceptos kantianos del pensar por sí mismo, ser capaz de ponerse en el lugar de referencia del otro y llevar las verdades hasta las últimas consecuencias; preceptos que dejan ver el rol de la filosofía como algo propio de cualquier campo de conocimiento, en tanto se relaciona con el constante cuestionamiento de los saberes como contenidos académicos dados y vedados de cualquier significación o explicación profunda.

Una educación dada desde la filosofía no es represiva ni deshumanizante, no busca formar hombres como eslabones de las cadenas de mercado sino seres que piensan la sociedad de una manera distinta, que cuestionan, contradicen y critican lo que se les da como establecido,  y a partir de este trabajo de reflexión luchan por la obtención de una sociedad vivible.

Zuleta ve en la educación la posibilidad de acceso al pensamiento y al saber por medio de la formación. Esta visión es contraria a la formación como proceso de entrenamiento que se presenta en el modelo de enseñanza actual.

La educación como formación implica que todos los temas que se vean en la escuela, colegio o universidad, sean abordados en forma filosófica, es decir, como procesos que deben pensarse y no como informaciones terminadas que deben ser guardadas en una memoria carente de toda interpretación. En este sentido, Zuleta centra su interés en una educación alejada de la transmisión de contenidos que pretenden situar las mentes de los estudiantes fuera de todo pensamiento racional:

“Ahora, el pensamiento funciona con las tres categorías: capacidad de admiración: idealización, trabajo o labor; la capacidad de oposición: crítica, rebelión, y otra: la capacidad de creación: sin oponernos a nada, de juego, de inocencia, de rueda que gira. El espíritu es las tres cosas; sólo si esas tres cosas se combinan funciona el pensamiento filosófico; cuando cualquiera de las tres se enuncia sola es una determinada frustración, una filosofía sombría, un dogmatismo o una idealización de cualquier tipo, o una filosofía rebelde que no es más que rebelión, o es también una filosofía que no tiene ni apoyo  en aquello a lo que busca integrarse, ni en aquello contra lo que lucha sino que se predica sólo como juego y que como juego sólo es anarquismo vacío”

Para el desarrollo del pensamiento filosófico, las tres categorías presentadas por Zuleta dan cuenta de las características a las que deberían tender los procesos educativos en la formación como filosofía.

La enseñanza de las materias en forma filosófica presenta los principios explicativos que relacionan los sucesos en un contexto determinado y las posibles consecuencias que ese hecho puede generar o pudo haber generado; desmitifica los hechos históricos como fechas exactas que se pierden, porque lo que se pretende es abarcar la universalidad de ese momento, es decir, la forma en que se afectaron todos los ámbitos del entorno social.

Para hablar de una educación que abarca la universalidad desde la filosofía, Zuleta reconoce la importancia de la racionalidad del hombre a través de la crítica y la demostración, dos instancias que abren posibilidades de debate. Para Kant los ejercicios de debate permiten que el individuo descubra si sus teorías son válidas o no, aduciendo además que el hombre debe ser consecuente y reconocer las falencias de sus argumentos así como los aciertos en el otro.

Colombia necesita educar desde la filosofía para solucionar los múltiples problemas que la aquejan: Pobreza, delincuencia, Narco tráfico, guerrilla y corrupción entre otras. La educación filosofía ayudará a pensar en una Colombia justa, humana y equitativa.

                               Orlando Salazar Ph.D. en Filosofía.

VISIÓN DE ZULETA DEL HOMBRE DESDE EL PSICOANÁLISIS

De acuerdo a los estudios realizados por Zuleta sobre el psicoanálisis de Freud, es claro cómo adopta una posición frente  a la sexualidad, motivo por el cual concluye que la personalidad está supeditada a los impulsos humanos y los imperativos sociales, donde denota que el instinto sexual lucha contra la moralidad que lo limita. Así, en su afán por entender al ser humano en todas sus dimensiones, deduce que la sexualidad responde directamente a la identidad y que ésta a su vez ha sido construida por unas categorías sociales que no son propias del individuo sino impuestas por un orden moral.

Sobre esa base, se considera que esa lucha de Zuleta contra la moralidad resulta contraproducente, en tanto se contempla que una de las preocupaciones de la Iglesia frente  a la sexualidad gira entorno a las dificultades que presentan los padres de familia para ofrecer a sus hijos una adecuada preparación para la vida  adulta, especialmente para la educación sexual. Sobre esta premisa, se parte de la existencia de unos preceptos morales y espirituales de la vida cristiana que giran en torno al respeto de los valores evangélicos para la formación adecuada de la familia. Así pues, los principios morales no los concibo como un escenario que coarte los impulsos humanos, sino como un elemento que orienta el adecuado desarrollo de la juventud en sociedad. Como lo dispone  el Pontificio Consejo para la Familia, “la sexualidad no es algo puramente biológico, sino que mira a la vez al núcleo íntimo de la persona.

El uso de la sexualidad como donación física tiene su verdad y alcanza su pleno significado cuando es expresión de la donación personal del hombre y de la mujer hasta la muerte. Este amor está expuesto sin embargo, como toda la vida de la persona, a la fragilidad debida al pecado original y sufre, en muchos contextos socio-culturales, condicionamientos negativos y a veces desviados y traumáticos. Sin embargo la redención del Señor, ha hecho de la práctica positiva de la castidad una realidad posible y un motivo de alegría”. (Trujillo, 1995)

Frente al concepto de felicidad, Zuleta aborda sus percepciones partiendo también del psicoanálisis, motivo por el cual ésta se circunscribe como un producto de la idealización, según Zuleta, “constituiría esa necesidad que tenemos los seres humanos de aspirar y anhelar vivir en medio de “imágenes perfectas”, que pretenden contener absolutamente los sentidos posibles de la existencia, sin que nos percatemos que en realidad son simples proyecciones desarticuladas de sus antecedentes, consecuencias y circunstancias. Por todo ello, pasamos por alto que lo que consideramos esencial no es, en realidad, sino el síntoma de complejas situaciones en las que se urde la existencia cotidiana […] (p. 52).

En ese orden, la felicidad surge como una construcción de discursos ajenos a la realización del ser que lo apartan de preceptos reales y no premeditados. Por tal motivo, considero acertada su posición frente a la felicidad, ya que aun cuando la aborda desde el psicoanálisis, es claro que esa percepción puede trascender al plano espiritual donde la felicidad está exenta de logros materiales, sino ligada a la plenitud de la intimidad con Dios, libre de idealizaciones superfluas. Finalmente, el factor de la felicidad consistente en pensar, construir, estar activo y construir con el otro. Por tanto, la doctrina de la Iglesia se encuentra encaminada a un camino de felicidad donde, según el Catecismo de la Iglesia Católica: “La bienaventuranza prometida nos coloca ante opciones morales decisivas. Nos invita a purificar nuestro corazón de sus malvados instintos y a buscar el amor de Dios por encima de todo. Nos enseña que la verdadera dicha no reside ni en la riqueza o el bienestar, ni en la gloria humana o el poder, ni en ninguna obra humana, por útil que sea, como las ciencias, las técnicas y las artes, ni en ninguna criatura, sino sólo en Dios, fuente de todo bien y de todo amor” (Catecismo de la Iglesia Católica)

Orlando Salazar Ph.D. en Filosofía.

¿QUÉ ABORDA ESTANISLAO ZULETA DESDE LA ANTROPOLOGÍA?

El desarrollo de Zuleta desde la antropología, tratar de reconocer al hombre de forma individual y colectiva, genera por tanto una visión bastante amplia de la sociedad. El estudio que hizo sobre el ser humano en cuestión de pensamiento saca al descubierto tantas cosas que estaban inmersas en un mar de duda, respecto al conflicto interno y de sus causas. Aduce que los conflictos son cuestión de manejo y disertación; que coexisten con el ser humano y su sociedad, pero que pueden existir de mejor manera. Es importante resaltar que es una visión realista de la sociedad y de su formación, de sus cambios y consecuencias; es un pensador contemporáneo con sentido crítico y estructural.

Es importante resaltar que el afán de Estanislao Zuleta por entender al ser humano en todas sus dimensiones lo llevó a definirlo en su sentido filosófico, en su sentido social y en su aspecto cultural. De este modo, como estudio del hombre se refirió con particularidad sobre el lenguaje. Así, en esa misma dimensión simbólica encontramos también al otro, que en la comprensión de Zuleta abarca un todo. De esta manera, el otro es la ley, el lenguaje, las normas y demás. En este sentido, Zuleta concibe ese lenguaje como una imposición de normas, una imposición del otro  y en ese orden, la forma en cómo se expresa el pensamiento se hace a través de esos símbolos y formas de lenguaje que ya está inmerso, ya existe y fue inventado por otros. Se nota entonces, cómo el lenguaje como medio e imposición cultural, parte de preceptos que delimitan el actuar del ser humano en sociedad.

“Como se puede apreciar en Lógica y crítica, lo que más le interesó a Zuleta del método socrático-platónico fue cómo, mediante un recurso esencialmente lingüístico y considerablemente estético, como lo es el diálogo, se fundó la lógica en oposición al relativismo sofístico y a la visión dogmática del mundo judío-cristiano. Es decir, si de un conocimiento demostrativo o anti-dogmático trata la lógica, la mayéutica platónica la funda al obligar al interlocutor a través de las preguntas y la ironía a ser consecuente con sus consideraciones hasta el punto de reconocer cuándo estas son opiniones injustificadas que obstruyen el verdadero conocimiento”. (Lesmes, 2013)

Así pues, dado que para Zuleta el estudio del hombre es el centro y contrapone los Derechos Humanos, la libertad y la felicidad en función del mismo,  donde  las leyes deben  girar en torno a la construcción del ser humano, es claro que éste asume una posición garante en la que al hombre hay que darle la importancia. Así, la postura y los desafíos de Zuleta desde la valoración del hombre, logran compatibilizarse con lo propuesto por la Iglesia desde su método antropológico. […]Toda pedagogía tiene su base en una determinada visión del ser humano. La pedagogía cristiana surge de la visión del hombre como imagen de Dios herida y restaurada en Cristo. Para nosotros como formadores esta restauración se convierte en misión. (Asesoría Jurídica Catholic.net) De acuerdo a la construcción del hombre, en el discurso de Benedicto XVI en Regensburg, el papa hace énfasis en ése carácter de libre albedrío en que el hombre debe construirse, libre de coacciones y el concepto de autonomía se perfeccionamiento en el reconocimiento con el otro, factor que facilita el desarrollo de una educación integral que propende por el ser humano.

Orlando Salazar Ph.D. en Filosofía.

UN CAMINO HACIA EL HUMANISMO

Una vez se han evaluado las características del ser humano en su sentido individual y colectivo, se abre paso al aporte que hace Zuleta al Humanismo social, donde se goza de elementos necesarios y decisivos para la construcción de ciudadanía desde la integralidad.

En ese sentido, conforme al desarrollo del ser, Zuleta depone la necesidad de optar por la perfección intelectual del ser humano a través de mecanismos que permitan al individuo cuestionarse, liberarse de sesgos cognitivos, interiorizar en el otro, construir colectivamente. Adicional a ello, no es de negarse su inmensa preocupación por una sociedad abierta a oportunidades para el ser humano, bajo los valores de la justicia, la equidad, el respeto, la igualdad y la libertad, con el deseo de que se repliquen en instrumentos refutables todos los días para la dinámica del pensamiento.

Lo que considero una educación humanista, es una educación que permita y fomente el desarrollo de la persona, es decir, que las posibilidades de desarrollo del individuo estén relacionadas y determinadas por el mercado. Desgraciadamente en nuestra sociedad el hombre no va a vivir de sus posibilidades, sino de la venta de su fuerza de trabajo. Al sistema le interesa mucho, desde el punto de vista de la eficacia de su aparato, que el individuo se realice y se desarrolle en sus posibilidades, sino que haya individualizado la humildad frente a sí mismo. (Zuleta, 1979)

Sin duda alguna, “la humanización es comprendida como la forma en que la educación del hombre incluye la palabra de Dios y por tanto, es orientada en sus preceptos con el objetivo de guiarlo hacia la libertad de la religión. Dicha humanización es reconocida por la iglesia como la capacidad de comprender la dignidad, la justicia, la fraternidad y la libertad como condiciones del hombre y como aspectos posibilitadores de su acción, en tanto ser individual y ser social […] (p. 182)”. En contraste, el carácter humanístico de la educación de Zuleta, abre un puente de comunicación en lo que al educando le corresponda de acuerdo a su libre albedrío, sea éste más abierto a la fe o a la racionalidad.

Éste sentido humanista,  resulta aún más importante con el contexto socio-político colombiano, en que la situación de conflicto armado ha permeado cualquier intento de construcción de paz, situación que ha puesto en detrimento a la sociedad por medio de la violación sistemática de Derechos Humanos, la violencia institucionalizada, la pobreza y desigualdad, etc. Así las cosas, solo a través de las herramientas consolidadas por medio de la educación político-transformadora propuesta por Zuleta, en donde la construcción del ser humano éste inmersa en alternativas de hacer ciudadanía bajo el precepto de las conductas humanas en sociedad, junto con la aplicación de la doctrina social de la Iglesia, será posible la depuración de las dinámicas del poder que desalientan las iniciativas de cambio.

La índole social del hombre demuestra que el desarrollo de la persona humana y el crecimiento de la propia sociedad están mutuamente condicionados porque el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana, la cual, por su misma naturaleza, tiene absoluta necesidad de la vida social. La vida social no es, pues, para el hombre sobrecarga accidental. Por ello, a través del trato con los demás, de la reciprocidad de servicios, del diálogo con los hermanos, la vida social engrandece al hombre en todas sus cualidades y le capacita para responder a su vocación. (Constitución Pastoral, 1965)

En suma, el carácter humanista de Zuleta aparece como una propuesta tentadora que puede dar ejecución a ese presupuesto de la Constitución Pastoral por parte de la Iglesia Católica donde se resalta el engrandecimiento del hombre en vida social, que al estilo de Zuleta sería una pieza fundamental para involucrarse en el enfrentamiento de las situaciones que repercuten sobre la humanidad desde una formación política e integral.

Orlando Salazar Ph.D. en Filosofía.

COMPETENCIAS TRANSVERSALES
SER SABER SABER HACER
COMPETENCIAS ESPECÍFICAS
INTERPRETATIVAS

ADMIRAR

ARGUMENTATIVAS

JUZGAR, CRITICAR, DISCUTIR

PROPOSITIVAS

CREAR, PRODUCIR.

TALLER

  1. Hacer un resumen del documento sistematizado.
  2. Plasmar un mapa conceptual, mental, infografía u otro referente de tipo gráfico.
  3. Producir un escrito del tema para la comunidad, el cual puede ser, un poema, un cuento, un ensayo o un artículo entre otros.

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