3. BLOQUE DE APRENDIZAJE. PLATÓN Y ARISTÓTELES.

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1/2019

Problemáticas de la socio-antropología                          

Socio-antropología. Filósofos plató, Aristóteles, Sócrates, Santo Tomás etc

Interacción estudiantes-profesor- Trabajo individual y grupal

 

SOCIOLOÍA

ANTIGUA GRECIA: PLATÓN Y ARISTÓTELES.

Comenzamos por Platón (427-347 A.C) quien, interpelado por los problemas que acuciaban a la sociedad de la época, siempre tuvo muy presente la reflexión sobre el Estado y la organización más deseable de los individuos en el seno del mismo. Sin abundar demasiado en la teoría platónica del Estado ideal y del Filósofo Gobernante, donde se apreciaba una importante dosis de determinismo, a saber, la idea de que la función social y el estrato en el que se alojará al individuo venían predeterminados y vinculaban a un individuo a un modo de vida y una labor en concreto en el seno del grupo, diremos que se trata más bien de una teoría utópica o ideal conforme a la filosofía del autor. Todo ello viene recogido en “La República“, que resulta plasmar, en definitiva, un “cómo habría de ser la sociedad”.

A continuación corresponde hablar de su discípulo Aristóteles, en quien vemos una perspectiva más empírica con respecto a su maestro. La mayoría de sus reflexiones dentro del ámbito del análisis de la sociedad y el Estado se encuentran en su obra “La Política”, de donde se extraerían numerosas ideas y concepciones que vendrían a integrar el pensamiento sociológico  y ciencias políticas futuras.

Para Aristóteles no es concebible ni deseable una democracia en sentido estricto, pues el poder ha de residir en manos de clases superiores, cuya riqueza, formación de mejor calidad y mayor tiempo libre -sin preocupaciones como las de mantener a una familia o sobrevivir- harían de los individuos situados más arriba en la pirámide social las personas más aptas para poder gobernar con plena dedicación y sin distracciones. Se trata de un planteamiento fundamentalmente aristocrático. De hecho, en orden de mejor a peor de acuerdo con el criterio del gobierno, Aristóteles clasifica las formas “puras” -buenas- de gobierno de la siguiente forma: 1.Monarquía 2.Aristocracia 3.Democracia.

Para el pensador, el hombre es fundamentalmente un “animal político“, que adquiere valor e importancia porque los demás seres humanos se la otorgan, de ahí que la política, como actividad eminentemente por y para la sociedad, sea la vía última de realización del hombre.

 

EDAD MEDIA: SANTO TOMÁS DE AQUINO Y SAN AGUSTÍN.

Los preceptos platónicos perdurarán durante la Edad Media en buena medida moldeados y reinterpretados de acuerdo con el dogma del Cristianismo. Por aquel entonces la percepción de la sociedad toma un tinte negruzco, mancillada por los vicios del hombre, consumido por “el pecado”, tornándose en algo casi diabólico, caldo de cultivo de grandes conflictos, guerras y masacres.

Podemos encontrar un enfoque similar al descrito en  los análisis realizados en obras como “La Ciudad de Dios” de Santo Agustín o en la doctrina de Santo Tomás de Aquino. Este último extraerá muchas ideas del pensamiento aristotélico, interpretando que el hombre es un “animal social” nacido para vivir en el seno de una comunidad bajo el poder de una autoridad cuya potestad se justifica en la elección por designación divina. Siendo Dios pues, el creador de la naturaleza humana, de la cual resultan las sociedades y el Estado, éstos dos últimos encuentran -como es frecuente- su fuente y su justificación en la propia divinidad. Una suerte de “orden divino” de las cosas.

RENACIMIENTO: THOMAS MORE Y MAQUIAVELO.

Con el renacimiento cambia radicalmente la perspectiva que versa sobre el hombre y el mundo que lo rodea. El ser humano se aleja del determinismo clásico tornándose, por primera vez, un ser capaz de decidir y de tomar las riendas de su propio destino. El mundo real deja de ser un lugar inhóspito, incomprensible y amenazador para pasar a ser una fuente de fuerzas y energías que el hombre puede usar en su provecho. Esta manera de pensar y vivir consiste pues en una mezcla entre racionalidad y espiritualidad.

Nace la concepción del libre albedrío y -consecuencia de éste- la responsabilidad. De ello se implica una concepción análoga del hombre como ser racional, libre y responsable que consuma su libertad mediante la elección. Nace, por tanto, el individuo propiamente dicho.

Los grandes cambios ideológicos que lleva consigo el Renacimiento van acompañados, como suele ocurrir, de grandes cambios socioculturales y económicos.

 En “Utopía“ de Thomas More -o Tomás Moro- se describe una sociedad ideal -utópica- como oposición crítica al sistema sociopolítico contemporáneo al autor así como proposición de medidas para resolver los problemas presentes en la época. Encontraremos también aquí ciertos aspectos de la doctrina de Platón aunque no procede desarrollarlo más aquí.

Por otro lado Maquiavelo escribiría en 1513 su obra “El Príncipe” donde un estadista ficticio recibiría consejos sobre el “arte de gobernar”. Así, en el escrito se toma la política como una actividad autónoma, como un fin en sí misma, describiendo sus mecanismos e impartiendo recomendaciones para conservar el poder. Su obra carece totalmente de tintes morales o religiosos, alejándose totalmente de la opresión y el oscurantismo religiosos.

La gran importancia de Maquiavelo y su obra reside en la concepción científica aportada a la política, buscando mecanismos concretos, empíricos, para que los gobernantes puedan desarrollar correctamente su función.

LA ILUSTRACIÓN: MONTESQUIEU, ROUSSEAU, TOCQUEVILLE.

Dicha etapa se inaugura en Inglaterra durante el siglo XVII pero alcanza su máximo esplendor con su extensión y desarrollo en Francia durante el siglo XVIII que desembocará en la materialización de sus preceptos -los de la ilustración se entiende- en la Revolución Francesa.

Para los ilustrados la sociedad era susceptible de ser mejorada indefinidamente mediante el perfeccionamiento del uso de la razón. Y es precisamente en torno a este último concepto que gira el pensamiento ilustrado y la gran producción científica -y sociológica- que se diera entonces. Recordemos que el objetivo perseguido por buena parte del pensamiento ilustrado residía en alcanzar la Revolución Cultural mediante la potenciación de la educación. Pasemos a hablar de los tres autores seleccionados:

 Montesquieu fue un gran impulsor del pensamiento liberal y democrático. En el ámbito de la Sociología trató de establecer un orden de los datos extraídos de la realidad social, organizándolos en modelos. Buscó la existencia de una relación causal entre los hechos sociales. Consideró posible que en el caos que rodea a los seres humanos y sus sociedades pudiera haber una regularidad, una racionalidad. Por ello se le ha conocido como el primer teórico de la ciencia social. Aparte de esto se le conocería, más en general, por defender la división de los poderes del Estado.

Rousseau, Jean-Jaques partió de la idea de que el hombre es un ser originalmente bueno, y que es la sociedad la que corrompe dicha naturaleza. Se sigue de ello una posición en parte a contra corriente con respecto a una buena parte de la ilustración, defensora a ultranza de la razón, la ciencia y el progreso. Y es que para Rousseau precisamente es el progreso científico y cultural lo que corrompe al ser humano, que abandona sus cualidades originarias de libertad e igualdad. Sostiene que, aunque no haya vuelta atrás, sí deberían reorientarse las conductas y la organización social de amén de superar la decadencia moral que subsigue al desarrollo científico-cultural. Esto podría conseguirse mediante la adopción del “contrato social” -que permitiría la satisfacción de las necesidades individuales y colectivas simultáneamente- y mediante una ley que garantizara la igualdad y la libertad.

Después de las revoluciones Francesa e Industrial -que comentaremos brevemente al final del artículo- tenemos que destacar a Alexis de Tocqueville quien fue testigo de la puesta en marcha de la nación norteamericana y fue precursor de la sociología comparada debido al análisis comparativo que realizó de los sistemas sociopolíticos de Francia y Estados Unidos en tal época de profundas convulsiones. En “La Democracia en América” analizó el sistema sajón. Estaba convencido de que la tendencia a la democracia era un hecho básico de la evolución histórica de las sociedades modernas.

BREVE COMENTARIO SOBRE LAS REVOLUCIONES FRANCESA E INDUSTRIAL.

Como se mencionaba anteriormente, la Revolución Francesa de 1789 constituyó la materialización de las ideas de la ilustración así como una complicación rápida de la sociedad que pasará a organizarse a partir de entonces en clases sociales, favoreciendo el nacimiento de la sociología moderna.

A partir de aquí el hombre deja de ser súbdito para adquirir el estatus de ciudadano, terminando así definitivamente con el Antiguo Régimen. El poder deja de emanar de Dios y pasa al pueblo, análogamente la Iglesia queda desvinculada del poder político. Nace la Ley como herramienta reguladora del medio social.

 

ANTROPOLOGÍA

Sócrates (470-399 a.C.):

No habla tanto del hombre, pero en realidad su doctrina, fue la que centró el pensamiento griego sobre el hombre, sobre la posible búsqueda y consecución de la verdad, sobre, el conocimiento de sí mismo, la dignidad humana y la vida conforme a las normas morales que dictaba la razón. “Conócete a ti mismo” es ésta la máxima obligación moral.

 

Platón (427-347 a.C.)

Busca enseñar a los hombres a elevarse hacia lo absoluto y trascendente, es un proceso de ascender de lo sensible a lo suprasensible o inteligible, de lo bajo a lo alto, para allí encontrar la felicidad en la contemplación de la verdad y el amor del bien, ésta es la razón de la vida del hombre.

Por ello para Platón el hombre es ante todo alma, de origen divino, inmaterial, eterno e inmortal, unido accidentalmente al cuerpo como consecuencia de un pecado y con la misión de gobernar y dirigir el cuerpo como el timonel, la nave. “El cuerpo es la cárcel del alma, la tarea del hombre en esta vida es prepararse para la definitiva liberación y alcanzar la contemplación de las ideas, de no ser así el alma se reencarnará y perderá su fin último”.

Aristóteles (384-322 a.C.)

Superó el pensamiento de su maestro. Escribe un tratado entero De anima,  con lo cual ya indica la importancia que él da al alma del hombre que está por encima de todas las cosas por su capacidad de razonar. Pero para Aristóteles alma y cuerpo no son dos sustancias que se unen accidentalmente, -ésto es lo que actualmente entendemos por dualismo-, sino que según él, alma y cuerpo se unen sustancialmente como dos naturalezas incompletas, como materia y forma en una sola naturaleza.

El alma forma del cuerpo es el principio esencial que da a la materia-cuerpo, el ser cuerpo humano vivo. De este modo, Aristóteles confiere el máximo valor a la mente, por la cual el hombre supera a todos los demás seres, de ahí que defina al hombre como “animal racional”, o como “animal que tiene razón o palabra. Específica, pues, al hombre por el elemento cognoscitivo. Todos los otros elementos pasan a un segundo plano, el alma es ante todo pensamiento. Además contempla también al hombre como animal sociable por naturaleza, según la mentalidad griega que tanta importancia daba a la vida social en la ciudad. En su Política afirma que aisladamente sólo podrían vivir una bestia o un dios.

De todas esta reflexiones surge el ideal griego de la educación humana, que se conoce con el nombre de Paideía, y que significa, el proceso por el cual, hombre conforma sus facultades según unas normas teleológicas que provienen del orden cósmico y del orden social. En la Paideía es primordial lo teorético que ha de orientar la praxis. Es la Polís, la ciudad, la que tiene que educar y realizar al hombre.

Con las guerras de Alejandro Magno (333 -323 a.C.) y la extensión del imperio, pierde valor para el hombre griego el concepto de Polis. El mundo para los griegos se hizo grande y extenso, desde la India a Egipto. El hombre ahora busca dentro de sí la seguridad y la salvación que antes le daba la Polis. Busca su plenitud no en la comunicación, sino en la soledad interior.

MORAL, ETICA Y VALORES  EN EL HOMBRE

SÓCRATES (470-c. 399 a.C.), filósofo griego, considerado el fundador de la filosofía moral o axiología, que ha tenido gran peso en la posterior historia de la filosofía occidental por su influencia sobre Platón.

La contribución de Sócrates a la filosofía ha sido de un marcado tono ético. La base de sus enseñanzas fue la creencia en una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud y el conocimiento de uno mismo. Creía que todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona desea el mal; a su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien, actuarán de manera justa. Su lógica hizo hincapié en la discusión racional y en la búsqueda de definiciones generales, como queda reflejado en los escritos de su joven discípulo, Platón, y en los del alumno de éste, Aristóteles. A través de las obras de ambos, las teorías socráticas incidieron de forma determinante en el curso del pensamiento especulativo occidental posterior.

Creía que había recibido una llamada para ejercer la filosofía y que podría servir mejor a su país dedicándose a la enseñanza y persuadiendo a los atenienses para que hicieran examen de conciencia y se ocuparan de su alma. No escribió ningún libro ni tampoco fundó una escuela regular de filosofía.

Aristóteles (384-322 a.C.), filósofo y científico griego, considerado, junto a Platón y Sócrates, como uno de los pensadores más destacados de la antigua filosofía griega y posiblemente el más influyente en el conjunto de toda la filosofía occidental.

Aristóteles desarrolló reglas para establecer un razonamiento encadenado que, si se respetaban, no producirían nunca falsas conclusiones, si la reflexión partía de premisas verdaderas (reglas de validez). En el razonamiento los nexos básicos eran los silogismos: proposiciones emparejadas que, en su conjunto, proporcionaban una nueva conclusión. En el ejemplo más famoso, “Todos los humanos son mortales” y “Todos los griegos son humanos”, se llega a la conclusión válida de que “Todos los griegos son mortales”. La ciencia es el resultado de construir sistemas de razonamiento más complejos. En su lógica, Aristóteles distinguía entre la dialéctica y la analítica; para él, la dialéctica sólo comprueba las opiniones por su consistencia lógica. La analítica, por su parte, trabaja de forma deductiva a partir de principios que descansan sobre la experiencia y una observación precisa. Esto supone una ruptura deliberada con la Academia de Platón, escuela donde la dialéctica era el único método lógico válido, y tan eficaz para aplicarse en la ciencia como en la filosofía.

Platón (c. 428-c. 347 a.C.), filósofo griego, uno de los pensadores más originales e influyentes en toda la historia de la filosofía occidental.

El centro de la filosofía de Platón lo constituye su teoría de las formas o de las ideas. En el fondo, su idea del conocimiento, su teoría ética, su psicología, su concepto del Estado y su concepción del arte deben ser entendidos a partir de dicha perspectiva.

La teoría de las ideas de Platón y su teoría del conocimiento están tan interrelacionadas que deben ser Jtratadas de forma conjunta. Influido por Sócrates, Platón estaba persuadido de que el conocimiento se puede alcanzar. También estaba convencido de dos características esenciales del conocimiento. Primera, el conocimiento debe ser certero e infalible. Segunda, el conocimiento debe tener como objeto lo que es en verdad real, en contraste con lo que lo es sólo en apariencia. Ya que para Platón lo que es real tiene que ser fijo, permanente e inmutable, identificó lo real con la esfera ideal de la existencia en oposición al mundo físico del devenir. Una consecuencia de este planteamiento fue su rechazo del empirismo, la afirmación de que todo conocimiento se deriva de la experiencia. Pensaba que las proposiciones derivadas de la experiencia tienen, a lo sumo, un grado de probabilidad. No son ciertas. Más aun, los objetos de la experiencia son fenómenos cambiantes del mundo físico, por lo tanto los objetos de la experiencia no son objetos propios del conocimiento.

La teoría del conocimiento de Platón quedó expuesta principalmente en La República, en concreto en su discusión sobre la imagen de la línea divisible y el mito de la caverna. En la primera, Platón distingue entre dos niveles de saber: opinión y conocimiento. Las declaraciones o afirmaciones sobre el mundo físico o visible, incluyendo las observaciones y proposiciones de la ciencia, son sólo opinión. Algunas de estas opiniones están bien fundamentadas y otras no, pero ninguna de ellas debe ser entendida como conocimiento verdadero. El punto más alto del saber es el conocimiento, porque concierne a la razón en vez de a la experiencia. La razón, utilizada de la forma debida, conduce a ideas que son ciertas y los objetos de esas ideas racionales son los universales verdaderos, las formas eternas o sustancias que constituyen el mundo real.

El mito de la caverna describe a personas encadenadas en la parte más profunda de una caverna. Atados de cara a la pared, su visión está limitada y por lo tanto no pueden distinguir a nadie. Lo único que se ve es la pared de la caverna sobre la que se reflejan modelos o estatuas de animales y objetos que pasan delante de una gran hoguera resplandeciente. Uno de los individuos huye y sale a la luz del día. Con la ayuda del Sol, esta persona ve por primera vez el mundo real y regresa a la caverna diciendo que las únicas cosas que han visto hasta ese momento son sombras y apariencias y que el mundo real les espera en el exterior si quieren liberarse de sus ataduras. El mundo de sombras de la caverna simboliza para Platón el mundo físico de las apariencias. La escapada al mundo soleado que se encuentra en el exterior de la caverna simboliza la transición hacia el mundo real, el universo de la existencia plena y perfecta, que es el objeto propio del conocimiento.

Kant, Immanuel (1724-1804), filósofo alemán, considerado por muchos como el pensador más influyente de la era moderna.

Su pensamiento político quedó patente en La paz perpetua (1795), ensayo en el que abogaba por el establecimiento de una federación mundial de estados republicanos. Además de sus trabajos sobre filosofía, escribió numerosos tratados sobre diversas materias científicas, sobre todo en el área de la geografía física. Su obra más importante en este campo fue Historia universal de la naturaleza y teoría del cielo(1755), en la que anticipaba la hipótesis (más tarde desarrollada por Laplace) de la formación del Universo a partir de una nebulosa originaria.

Las ideas éticas de Kant son el resultado lógico de su creencia en la libertad fundamental del individuo, como manifestó en su Crítica de la razón práctica (1788). No consideraba esta libertad como la libertad no sometida a las leyes, como en la anarquía, sino más bien como la libertad del gobierno de sí mismo, la libertad para obedecer en conciencia las leyes del Universo como se revelan por la razón.

En la Metafísica de las costumbres (1797) Kant describió su sistema ético, basado en la idea de que la razón es la autoridad última de la moral. Afirmaba que los actos de cualquier clase han de ser emprendidos desde un sentido del deber que dicte la razón, y que ningún acto realizado por conveniencia o sólo por obediencia a la ley o costumbre puede considerarse como moral.

Los objetos, en sí mismos, no tienen existencia, y el espacio y el tiempo pertenecen a la realidad sólo como parte de la mente, como intuiciones con las que las percepciones son medidas y valoradas. Además de estas intuiciones, afirmó que también existen un número de conceptos a priori, llamados categorías. Dividió éstas en cuatro grupos.

Descartes, René (1596-1650), filósofo, científico y matemático francés, considerado el fundador de la filosofía moderna.

Descartes trató de aplicar a la filosofía los procedimientos racionales inductivos de la ciencia y, más concretamente, de las matemáticas. Antes de configurar su método, la filosofía había estado dominada por el escolástico, que se basaba por completo en comparar y contrastar las opiniones de autoridades reconocidas. Rechazando este sistema, Descartes estableció: “En nuestra búsqueda del camino directo a la verdad, no deberíamos ocuparnos de objetos de los que no podamos lograr una certidumbre similar a las de las demostraciones de la aritmética y la geometría”. Por esta razón determinó no creer ninguna verdad hasta haber establecido las razones para creerla. Comenzó sus investigaciones a partir de un único conocimiento seguro: “Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”). Partiendo del principio de que la clara consciencia del pensamiento prueba su propia existencia, mantuvo la existencia de Dios. Dios, según la filosofía de Descartes, creó dos clases de sustancias que constituyen el todo de la realidad. Una clase era la sustancia pensante, o inteligencia, y la otra la sustancia extensa, o física.

Hegel, Georg Wilhelm Friedrich (1770-1831), filósofo alemán, máximo representante del idealismo y uno de los teóricos más influyentes en el pensamiento universal desde el siglo XIX.

El propósito de Hegel fue elaborar un sistema filosófico que pudiera abarcar las ideas de sus predecesores y crear un marco conceptual bajo cuyos términos tanto el pasado como el futuro pudieran ser entendidos desde presupuestos teóricos racionales. Tal propósito requería tener en cuenta, primeramente, la realidad misma. Así, Hegel la concibió como un todo que, con un carácter global, constituía la materia de estudio de la filosofía. A esta realidad, o proceso de desarrollo total de todo aquello que existe, se refirió como lo absoluto, o espíritu absoluto. Para Hegel, el cometido de la filosofía es explicar el desarrollo del espíritu absoluto. Esto implicaba, en primer lugar, esclarecer la estructura racional interna de lo absoluto; en segundo lugar, demostrar de qué forma lo absoluto se manifiesta en la naturaleza y en la historia humana; y en tercer lugar, explicar la naturaleza teleológica de lo absoluto, es decir, mostrar el destino o el propósito hacia el que se dirige.

 En el proceso de análisis de la naturaleza del espíritu absoluto, Hegel realizó contribuciones fundamentales en una gran variedad de campos de la reflexión humana, que abarcan la filosofía de la historia, la estética y la ética social. En cuanto a la historia, sus dos categorías explicativas claves son la razón y la libertad.

 Sus ideas sociales y políticas se muestran de forma más asequible en sus discusiones sobre moralidad (Moralität) y ética social (Sittlichkei). En cuanto a la moralidad, el bien y el mal son aspectos que conciernen la conciencia individual.

 Tomás de Aquino, Santo (1225-1274),

Teoría defendida por algunos pensadores medievales según la cual hay dos verdades, una teológica o de fe y otra filosófica o de razón.

Una de las cuestiones fundamentales del pensamiento medieval es la de la relión entre la fe y la razón. El conocimiento al que se llega por la razón es un conocimiento evidente y da lugar a la filosofía y la ciencia; el que se fundamenta en la fe no es evidente –aunque pueda ser para un creyente más verdadero que el filosófico–, y da lugar a la experiencia religiosa. Como consecuencia de la diferencia en el método de fundamentación de las creencias puede ocurrir que las tesis a las que se llega a partir de la fe sean distintas de las tesis a las que se llega a partir de la razón, y la historia muestra claramente el conflicto que se puede establecer entre estos dos ámbitos o esferas (la esfera sobrenatural  y la esfera natural). En el siglo XIII el conflicto se vivió intensamente con el redescubrimiento del pensamiento aristotélico. Aristóteles no es claro en el tema de la eternidad del mundo y la inmortalidad del alma, y algunos intérpretes consideraron que defendía la eternidad del mundo y la mortalidad del alma individual. Teniendo en cuenta que el dogma cristiano afirma la  creación del mundo y la inmortalidad del alma no es extraño que los cristianos aristotélicos tuviesen aquí un conflicto. La teoría de la doble verdad quiere ser una solución: según esta teoría hay dos verdades, la verdad de la religión, para la cual, por ejemplo, el alma de cada persona es inmortal, y la verdad de la razón y la filosofía para la cual el alma individual no es inmortal. Algunos de los defensores de este punto de vista, como Sigerio de Brabante, fueron perseguidos por la autoridad. Otros filósofos consideraron que la solución propuesta por esta teoría es inaceptable, pues parece absurdo que puedan existir dos verdades opuestas sobre la misma cuestión, e indicaron que una de las dos tesis estaba equivocada. Así, Santo Tomás se opuso a la teoría de la doble verdad reinterpretando el pensamiento aristotélico y haciéndolo compatible con las tesis cristianas. El Aquinate considerará que el entendimiento agente al que se refiere Aristóteles en el “De Anima” y del que dice que es inmaterial e inmortal, se encuentra como una parte en cada una de las almas individuales, indicando por tanto la inmortalidad del alma humana.

 Santo Tomás de Aquino, filósofo y teólogo italiano, en ocasiones llamado Doctor Angélico y El Príncipe de los Escolásticos, cuyas obras le han convertido en la figura más importante de la filosofía escolástica y uno de los teólogos más sobresalientes del catolicismo.

Tomás de Aquino insistía en que las verdades de la fe y las propias de la experiencia sensible, así como las presentaba Aristóteles, son compatibles y complementarias. Algunas verdades, como el misterio de la Encarnación, pueden ser conocidas sólo a través de la revelación, y otras, como la composición de las cosas materiales, sólo a través de la experiencia; aun otras, como la existencia de Dios, son conocidas a través de ambas por igual. Así, la fe guía al hombre hacia su fin último, Dios; supera a la razón, pero no la anula.

Nietzsche, Friedrich (1844-1900), filósofo, poeta y filólogo alemán, cuyo pensamiento está considerado como uno de los más radicales, ricos y sugerentes del siglo XX.

Uno de los argumentos fundamentales de Nietzsche era que los valores tradicionales (representados en esencia por el cristianismo) habían perdido su poder en las vidas de las personas, lo que llamaba nihilismo pasivo. Lo expresó en su tajante proclamación “Dios ha muerto”. Estaba convencido de que los valores tradicionales representaban una “moralidad esclava”, una moralidad creada por personas débiles y resentidas que fomentaban comportamientos como la sumisión y el conformismo porque los valores implícitos en tales conductas servían a sus intereses. Afirmó el imperativo ético de crear valores nuevos que debían reemplazar los tradicionales, y su discusión sobre esta posibilidad evolucionó hasta configurar su retrato del hombre por venir, el “superhombre” (Übermensch).

 

COMPETENCIAS TRANSVERSALES

SER

SABER

SABER HACER

COMPETENCIAS ESPECÍFICAS

INTERPRETATIVAS

ADMIRAR

 

ARGUMENTATIVAS

JUZGAR, CRITICAR, DISCUTIR

PROPOSITIVAS

CREAR, PRODUCIR.

TALLER

  1. Hacer un resumen del documento sistematizado.
  2. Plasmar un mapa conceptual, mental, infografía u otro referente de tipo gráfico.
  3. Producir un escrito del tema para la comunidad, el cual puede ser, un poema, un cuento, un ensayo o un artículo entre otros.

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