LAS SIETE PETICIONES DEL PADRE NUESTRO

Canto: Padre Nuestro

Lee el siguiente texto de San Lucas y, a continuación, haz tu comentario a las siete peticiones del Padre Nuestro, procurando reflejar lo que entiendes de ellas:

«Y sucedió que, estando él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.» Él les dijo: « Cuando oréis, decid:

  1.  PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO»
  2. SANTIFICADO SEA TU NOMBRE
  3. VENGA A NOSOTROS TU REINO
  4. HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO
  5. DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA
  6. PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN
  7. NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN Y LIBRANOS DEL MAL

Vamos a contrastar y a enriquecer lo que has escrito sobre cada una de las siete peticiones con otras aportaciones:

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE

* Deseo de Cristo y del cristiano de que Dios Padre sea conocido y amado; de que todo el mundo le alabe.

* Deseo de que el Nombre de Dios sea santificado a través de nuestra vida. Jesús nos dice: «Sed santos como vuestro Padre celestial es santo»… «Para que viendo vuestras buenas obras, den gloria a vuestro Padre que está en el cielo»

* La glorificación de Dios nos preserva del peligro de endiosarnos: «Que no seoigan alabanzas más que de Ti, y a Ti se refiera todo, que así habrá paz y morirá la soberbia» (Unamuno)

VENGA A NOSOTROS TU REINO

* El cristiano espera deseoso la venida de Cristo. La Biblia termina con las siguientes palabras: «Ven, Señor Jesús».

* Se refiere, en primer lugar, a la venida del final de los tiempos, en la que Cristo vendrá como juez a restablecer la justicia en este mundo injusto y corrupto.

* En segundo lugar, pide a Dios que envíe su Espíritu Santo para que con su gracia construyamos ya en este mundo, mientras esperamos su venida final, el «Reino de Dios que es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo».

HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO

* La voluntad de Dios es que «todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad».

* Jesús, «aun siendo Hijo de Dios, aprendió sufriendo a obedecer». Así lo manifestó en el huerto de los olivos: «No se haga mi voluntad sino la tuya». Si esto hizo Jesús, ¡con cuenta más razón nosotros, pobres criaturas y pecadores, deberemos buscar siempre lo que le agrada a Dios Padre!.

* Hacer la voluntad de Dios es cumplir sus mandamientos y también aceptar y asumir con resignación cristiana lo que la vida pueda depararnos. A esto último se refiere Unamuno: «El que quiere todo lo que sucede, consigue que suceda cuanto quiere. ¡Omnipotencia humana por resignación, a la que solo por la gracia se llega!”

DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DIA

* Cuando le decimos a Dios «DANOS», manifestamos la hermosa confianza de los hijos que lo esperan todo de su Padre.

* Esta confianza en que Dios Padre cuida de nosotros en su providencia (cf. Mt 6, 25-34), no quiere decir que hemos de estar pasivos, pues la misma Palabra de Dios dice contra la pereza y la dejadez: «el que no trabaje que no coma».

* San Benito tenía como lema «Ora et labora» (reza y trabaja). San Ignacio hablando de cómo compaginar confianza en Dios y necesidad de trabajar, decía: «Rezad como si todo dependiese de Dios y trabajad como si todo dependiese de vosotros»

* El hecho de que existan hombres que padezcan hambre, nos recuerda las palabras del Evangelio: «Tuve hambre y no me disteis de comer». Jesucristo, bajo la figura de los desheredados de la tierra, espera que le demos de comer.

* El «PAN DE CADA DIA» también se refiere a la Eucaristía, porque «no solo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios». Por eso, pedimos a Dios el Pan de Vida Eterna.

PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN

* Nos volvemos a Dios como el hijo pródigo (cf. Lc 15, 11-32), y nos reconocemos pecadores ante El como el publicano (cf. Lc 18, 13). Al hacerlo reconocemos nuestra miseria y lo esperamos todo de la misericordia de Dios.

* Pero nuestra petición no será escuchada si no hemos respondido antes a la exigencia de perdonar al prójimo. Esto es así porque al negarse a perdonar a nuestros hermanos, el corazón se cierra y se hace impermeable al amor misericordioso de Dios.

* Es infinitamente menos lo que nosotros debemos perdonar al prójimo que lo que Dios ha de perdonarnos a nosotros (cf. Mt 18, 23-35). No obstante, para poder perdonar necesitamos revestirnos de los sentimientos del Corazón de Cristo.

* Hay veces que aunque queramos perdonar, no podemos evitar el que nos cueste olvidar. Si bien es cierto que no está en nuestra mano el no sentir ya la ofensa y olvidarla; sin embargo, el corazón de quien así se lo pide a Dios llega a cambiar el rencor por compasión y purifica los malos recuerdos orando por la persona que le ha ofendido.

NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN

* En esta vida estamos inmersos en una batalla entre el bien y el mal, la gracia y el pecado, Jesucristo y Satanás.

* Imploramos del Espíritu Santo que nos del discernimiento y la fuerza para vencer la tentación:

* El discernimiento para no dejarnos engañar por el «Tentador», a quien las Escrituras llaman «padre de la mentira», y que quiere llevarnos a pecar prometiéndonos dicha y felicidad. Ante eso pedimos luz para desenmascarar la tentación. Se dice que «tentación descubierta es tentación medio-vencida».

* Dios no permite que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas y hasta nos da la gracia para que salgamos fortalecidos de estas pruebas. Pero para ello hemos de recurrir a los medios que Cristo utilizó en el desierto para vencer las tentaciones: oración y sacrificio.

* La Sagrada Escritura dice «el que se crea seguro tenga cuidado de no caer». Es decir, hemos apartarnos de las ocasiones propicias. «Quien ama el peligro en él perece».

Y LIBRANOS DEL MAL

* Jesús, antes de ascender a los cielos, oró a su Padre por nosotros diciendo: «No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno»

(Jn 17,15).

* En esta petición del Padre Nuestro, el mal no es una abstracción, sino que designa una persona, Satanás, el Maligno, el ángel que se opone a Dios.

* Cristo venció definitivamente a Satanás por su obediencia a Dios en la cruz. Entonces Satanás se fue a hacer la guerra al resto de los hijos de Dios (cf. Ap 12, 13-17), pero su poder es limitado. Sabemos que unidos a Dios no tenemos que temer al demonio. «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?»(Rom 8,31).

* En segundo lugar, también rogamos a Dios para vernos libres de todos los males, corporales, materiales, morales, etc… de los cuales Satanás es el autor e inspirador.

Actividad:

Realizar el dibujo de cada una de las siete oraciones del Padre Nuestro. Así:

  1. Padre Nuestro que etas en el cielo

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